Una oferta conjunta de los atractivos turísticos de Zamora la harán más fuerte

Lago de Sanabria, con la nieve al fondo

Lago de Sanabria, con la nieve al fondo

Editorial

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La capital con más templos románicos de toda Europa; Sanabria y su lago glaciar, el más grande de la península; Benavente, donde cada año se celebra la carrera del Toro Enmaromado que data del siglo X; Sayago, la comarca que presume de pueblos como Fermoselle, declarado Conjunto Histórico-Artístico; el barro de Pereruela y sus cazuelas, conocidas internacionalmente; Toro y sus rutas del vino; el primer monasterio cistercienses del país que se ubica en Granja de Moreruela; la Reserva de la Sierra de la Culebra o las Lagunas de Villafáfila, donde coexisten el 50% de las aves acuáticas censadas en Castilla y León. Son solo algunos ejemplos de la amplia oferta paisajística, cultural y gastronómica que hacen de Zamora un referente del turismo de interior que nada tiene que envidiar a los considerados destinos de playa, y que cada día suma nuevos adeptos deseosos de descubrir la singularidad de localidades que han logrado mantener su patrimonio etnográfico y artístico durante siglos.

Fitur, la Feria Internacional de Turismo que hoy se cerrará en Madrid con la entrada de más de 200.000 personas, entre profesionales del gremio y visitantes, es sin duda el mejor escaparate para la provincia de Zamora, que integra su oferta en el stand de Castilla y León muy cerca del resto de comunidades autónomas y de 152 países del mundo. Ayuntamiento de la capital, Diputación y Junta han acudido con sus propias aportaciones en aparente cordialidad para aunar esfuerzos en busca de un bien común, como es la promoción de la provincia y del resto de la región en el exterior. La realidad tras Fitur, en el día a día, es que las tres instituciones tienen sus propias oficinas de Turismo con ofertas diferentes, lo que descoloca a los visitantes que acuden a ellas con el objetivo de reunir un abanico de opciones que les resulten de interés para conocer tanto la capital como cualquier municipio o comarca de la provincia. Un modelo ya obsoleto de “vender” los atractivos de Zamora que pide a gritos cambios.

La unión de Ayuntamiento de la capital, Diputación Provincial y Junta en materia de promoción turística puede marcar un punto de inflexión en el impulso de esta actividad económica como fuente de empleo y de riqueza que Zamora no debe desaprovechar

El primero en dar un paso al frente ha sido el presidente de la Diputación, Javier Faúndez, al anunciar que proyecta una nueva oficina de turismo en el antiguo Palacio de la institución, una construcción señorial de finales del siglo XIX, considera como una de las joyas arquitectónicas de la capital y que se ubica en la calle de Ramos Carrión, a escasos metros de la Plaza Mayor y de la rúa que conduce a la Catedral. Su intención es que tanto el Ayuntamiento como la Junta de Castilla y León trasladen sus ofertas turísticas a este inmueble para que Zamora ponga a disposición de los visitantes una oferta conjunta, como ocurre en muchas otras ciudades. Una idea que ya ha tenido buena acogida en el Consistorio zamorano, gobernado por IU-PSOE, desde donde comparten el "escaso sentido" de mantener dos oficinas distintas de información en menos de 200 metros. Pendiente está ahora la invitación a la Junta de Castilla y León para que se una al proyecto de contar con un único espacio ubicado en pleno casco histórico que aglutine una amplia y variada información para el visitante, aunque ya existe el precedente de oficinas tripartitas en otros puntos de Castilla y León.

El impulso que tanto Zamora como el resto de la comunidad quieren inyectar al turismo de interior para que se conozca en todo el país y en el resto del mundo ha quedado reflejado en Fitur con la presentación de Castilla y León como líder en turismo enograstronómico. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, reunió a dos centenares de personalidades de todos los ámbitos en un evento celebrado en Matadero, el Centro de Arte Contemporáneo y espacio cultural, donde quedó patente el potencial de la autonomía. Los asistentes corroboraron que una de las demandas con mayor potencial es precisamente el de destinos turísticos de interior en los que poder descubrir experiencias únicas: la elaboración y degustación de vinos y otros productos de la tierra, espacios naturales únicos que van de la mano con la impronta que han dejado los distintos estilos arquitectónicos a lo largo de los siglos, o las tradiciones ancestrales que se conservan intactas, como son las mascaradas de invierno.

La unión de Ayuntamiento de la capital, Diputación Provincial y Junta en materia de promoción turística puede marcar un punto de inflexión en el impulso de esta actividad económica como fuente de empleo y de riqueza que Zamora no debe desaprovechar.

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