Zamoreando

"Retro-walking"

Caminar hacia atrás aumenta la resistencia de los músculos

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Por regla general, y sobre todo a partir de cierta edad, las mujeres estamos loquitas por perder kilos, me atrevería a decir que casi, casi, nos conformamos con no añadir nueva carga a nuestra cintura y a nuestras caderas. La grasa tiene querencia por unas localizaciones determinadas de nuestro cuerpo serrano y nos hace polvo. Encima estamos en época de grandes cenas y comidas. Que si la cena de empresa, que si la de las compañeras de paddle, que si las familiares, que si las otras y las de más allá, el caso es que no hacemos otra cosa que ingerir calorías. No van a pedirse los compañeros un asado y tú conformarte con un panaché de verduras o cuatro verduritas a la plancha. Que no. Comer es un placer de dioses, pero leñe, hay que hacerlo bien. Lo mejor es no abrir la boca en la mesa o hacerlo de forma comedida. En boca cerrada no sólo no entran moscas, tampoco calorías. Pero, es tan duro.

El ejercicio también es un buen compañero para nuestros propósitos de adelgazamiento. Y, por supuesto, andar. Hay que andar para rebajar todo lo susceptible de ser rebajado. Hasta los médicos se han puesto de acuerdo en que caminar es uno de los mejores ejercicios que podemos realizar. De hecho, la OMS aconseja entre 150 y 300 minutos de actividad aérobica a la semana, de moderada a vigorosa, y eso se puede lograr caminando 40 minutos al día. Así que, manos a la obra. Además, caminar está al alcance de todos, ayuda a mantener niveles saludables de presión arterial y colesterol, fortalece el sistema cardiovascular, adelgaza y mejora el ánimo.

Resulta que hay una forma de caminar que aporta otros beneficios adicionales para la salud, más allá de la cardiovascular y metabólica. Se llama retro-walking, dicho en cristiano, caminar hacia atrás. Ciertos deportes de élite han incorporado caminar hacia atrás como parte de su rutina de entrenamiento para mejorar la agilidad, el equilibrio y la coordinación. No me veo yo caminando por Santa Clara hacia atrás. A los "cantares" habituales que te sacan por nada, habría que añadir este que relacionarían con el esnobismo o la locura transitoria.

Por si alguien toma buena nota, sepa, demostrado está, que esta forma de caminar adelgaza más, alivia las lumbares, trabaja el equilibrio y fortalece músculos que normalmente no se activan tanto. Y que un minuto caminando hacia atrás quema las mismas calorías que tres andando hacia adelante. De hecho, los expertos aconsejan caminar un minuto hacia delante y otro hacia atrás e ir alternando el sentido durante unos 10 o 15 minutos. Este ejercicio diario es suficiente para incluir los beneficios de la caminata hacia atrás en nuestra actividad física.

Caminar hacia atrás supone, mejorar la estabilidad y el equilibrio, aumentar la resistencia de los músculos, mejorar la fascitis plantar, disminuir la carga en las articulaciones, reducir la lumbalgia, prevenir lesiones de rodilla, mejorar la función pulmonar y adelgazar porque, un minuto de caminata hacia atrás equivale a tres minutos caminando hacia delante. Y no porque lo diga yo. Ha sido el profesor de Fisiología Clínica del Ejercicio en la Universidad de East London, Jack McNamara, quien ha analizado sus ventajas en un artículo publicado en The Conversation.

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