Nueva EBAU, nueva oportunidad (Asociación por un Acceso a la Universidad en Igualdad)

Debemos sumar el enorme fracaso que se observa en los alumnos del primer curso en algunas facultades

Estudiantes antes de realizar la EBAU.

Estudiantes antes de realizar la EBAU. / J.Casares

Luis M. Esteban

Luis M. Esteban

Cuando hace casi una década la Asociación presentó a los representantes de educación de distintos partidos políticos, Consejeros de Educación de Castilla y León y Madrid, medios de comunicación y hasta algún Secretario de Estado de Educación datos que confirmaban no solo que el acceso a la Universidad en España era profundamente dispar, sino incluso sorprendentemente llamativo en sus resultados respecto, por ejemplo, a informes como PISA, casi nadie había hablado del asunto, que no es otro que hay un distrito único de acceso a la Universidad pública española, pero tantos criterios, formas de examen y, por ende, criterios de evaluación distintos como CCAA. Asimismo, pusimos sobre las distintas mesas de reunión un hecho en el que entonces pocos habían caído: solo si la evaluación es sobre 10 el valor de los ejercicios de EBAU es del 40%, pero al ser sobre 14, entonces esos días de EBAU pesan más del 50% respecto a la nota obtenida en los dos años de Bachillerato.

Desde entonces, muchas son las voces, unas más altas que otras, bien es verdad, que han hecho referencia a esta disparidad e incluso han hablado de la necesidad de una prueba de EBAU única para todo el territorio nacional que palíe, de algún modo, la injusticia de que alumnos que han obtenido su puntuación con criterios tan dispares, accedan en igualdad de condiciones, sin condicionantes ni factores de corrección a cualquier plaza universitaria del territorio nacional.

No hemos entrado desde la Asociación en hablar de que haya CCAA que propongan formatos de examen de EBAU más fáciles que otras, ni con temarios más reducidos, pero sí hemos hecho hincapié en que dichas pruebas de acceso a la Universidad eran manifiestamente distintas. Teniendo en cuenta que su valor excede al 50% de la calificación global, el acceso a la Universidad nos parecía una enorme desigualdad y sobre todo una injusticia con el alumno, que veía frustradas sus aspiraciones, con la familia, que tendría que gastar más dinero si quería enviar a su hijo a otro territorio, y también con algunas CC.AA., más desfavorecidas en los resultados de la EBAU que se ven descapitalizadas en algunas profesiones hoy muy demandadas.

A esto debemos sumar el enorme fracaso que se observa en los alumnos del primer curso en algunas Facultades, lo que viene a corroborar la falta de preparación de algunos alumnos para estudiar determinados grados.

Este año estrenamos nueva ley, la LOMLOE, una ley que ahonda en el aprendizaje y evaluación por competencias y que, distintamente a la anteriores, entra de lleno en el Bachillerato, con lo que afecta frontalmente a la confección de los exámenes de EBAU que habrán de ser coherentes con la formación que han recibido nuestros alumnos preuniversitarios.

Quizás hubiese sido buen momento para abordar el asunto de fondo: un distrito único universitario, pero distintas pruebas para completar una parte cuantiosa de la puntuación de acceso a la Universidad. Pero la realidad es la que es y los responsables educativos y políticos que abogan por una revisión total de la prueba de EBAU y hasta de un examen único para todo el Estado, a la hora de la verdad o callan, o defienden con poco ardor su postura.

Así que asumamos que no habrá un examen único y hasta que ni siquiera se planteará un sistema de corrección de las calificaciones que permita que a la Universidad accedan los mejores. Puestas así las cosas, desde nuestra Asociación proponemos que se deje libertad a las distintas Facultades para reservar un porcentaje de sus plazas a aquellos alumnos que superen una prueba específica de acceso elaborada por dicha Facultad, común e igual para todos los alumnos que quieran acceder a ese porcentaje de plazas reservadas y siempre que hayan obtenido en la EBAU de su Comunidad al menos un 11 sobre 14. Si esas plazas reservadas no se cubrieran con alumnos que específicamente se hubieran examinado para esa Facultad, se completaría el cupo con los alumnos que lo solicitaran a través de la EBA; por tanto, el sistema de selección sería complementario a la prueba de EBAU.

Es decir, que todos los alumnos concursen a un, por ejemplo, 50% de las plazas de una Facultad, a través exclusivamente de la calificación obtenida como consecuencia de sus notas obtenidas en Bachillerato y los exámenes de EBAU de su Comunidad Autónoma. Pero que un porcentaje de plazas, un 50% en el ejemplo propuesto, quede para aquellos que, además de haber superado la EBAU, superen el examen específico propuesto por la Facultad correspondiente, un examen igual para todos los alumnos que quieran acceder a esa Facultad, independientemente de la CC.AA. de la que procedan.

Con ello, al menos, conseguiríamos que una parte sustancial de alumnos que acceden a una Facultad determinada hubiesen demostrado un aprendizaje adecuado para acceder a los estudios superiores y con ello premiar el esfuerzo individual y la capacitación para cursar dichos estudios, cuestión que en la actualidad se diluye debido a la disparidad de criterios de acceso.

Somos conscientes de que esta propuesta puede suponer un gran esfuerzo para las distintas Facultades, pero sería un primer paso para corregir la enorme injusticia que se comete actualmente con el sistema de acceso a la Universidad y, por otra parte, creemos que en poco tiempo verían recompensados sus esfuerzos, porque el nivel de aprendizaje y competencias en las Universidades mejoraría sin lugar a dudas.

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