Mejorar tu pensión pública también depende de ti

Compaginar planes privados y fondos de inversión, la mejor opción

Manifestación de pensionistas en Madrid

Manifestación de pensionistas en Madrid / Rodrigo Jimenez

Toño García

Toño García

Según datos del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), la tasa de preocupación de los españoles por el futuro de las pensiones ha aumentado. La mayoría de los trabajadores opina que la pensión que recibirán en el momento de jubilarse no será suficiente para mantener su actual nivel de vida. Ante ese escenario tan preocupante, lo recomendable es cambiar el pensamiento y en vez de obsesionarse por la pensión lo que se debe de hacer es ocuparse de ella.

Todas las reformas que se están llevando a cabo son cortoplacistas. Son cortoplacistas porque los políticos, sean del punto cardinal que sean, lo único que hacen es poner parches sin poner en riesgo las perspectivas electorales. Ya saben: las pensiones son una máquina electoral capaz de modificar la intención del voto. En su momento, iban a enviar una carta a los mayores de 50 años indicándoles la pensión estimada. Aquella carta nunca se echó a Correos y ahora ya no es el momento de hacerlo. Por eso, lo mejor es diseñar un plan para complementar la pensión pública, así como elegir el momento más propicio para jubilarse.

Una de las principales decisiones que tiene que tomar el trabajador es qué fecha elegir para el momento de la jubilación porque de ella dependerá, en gran medida, la cuantía de la pensión. La legislación actual establece tres opciones para poner fin a la extensa carrera laboral: la edad ordinaria de jubilación, anticipar la edad de retiro o demorarla.

De las tres, la única que recorta el importe de la pensión es la jubilación anticipada, penalizándola debido a la aplicación de unos coeficientes reductores en función al número de meses que se adelante y del periodo total de cotización. Anticiparse a la edad ordinaria permite al trabajador jubilarse antes y acceder a la pensión vitalicia que, dependiendo de los años en que se cobre podría ser, incluso, financieramente más rentable para el futuro pensionista.

Una vez metidos ya en la edad dorada hay que plantarse qué hacer con las inversiones: si deshacerlas o seguir manteniéndolas con el fin de aportar más rentabilidad al patrimonio.

Por el contrario, demorar la jubilación aumenta la cuantía de la pensión debido a los incentivos que se han introducido con el fin de que los trabajadores sigan con su actividad laboral. Para poder acogerse hay que cumplir una serie de requisitos: haber cotizado 15 años a la Seguridad Social, tener menos de 70 años y tener cumplida la edad mínima de jubilación ordinaria. Sin embargo, no siempre es una buena opción seguir trabajando a pesar de que se incremente la pensión. Tal es el caso de aquellos trabajadores que su poder adquisitivo no se vea muy mermado. En el caso opuesto están aquéllos que no hayan cotizado a la Seguridad Social los años necesarios para llegar a cobrar la pensión máxima.

El incremento de la esperanza de vida se suma a la incertidumbre que existe sobre el sistema público de pensiones. En la actualidad, la tasa de reemplazo (porcentaje de ingresos que representan la pensión con respecto al último sueldo) es de un 80%, siendo una de las más altas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), aunque es posible que este ranking dure poco tiempo. No cabe duda de que la pensión pública es una apuesta segura a futuro, pero sin garantizar la cuantía a percibir, por eso es necesario crear un colchón financiero con el que complementarla. En este caso, casi todos los asesores financieros coinciden en que los Planes de Pensiones y los Fondos de Inversión son los más idóneos para crear ese colchón financiero. Pero no son los únicos: los inmuebles o las acciones son otras opciones viables para rentabilizar los ahorros de cara a la jubilación. El riesgo que hay que asumir en las inversiones ira de más a menos, siendo más agresivo al principio y más conservador al final. Una vez metidos ya en la edad dorada hay que plantarse qué hacer con las inversiones: si deshacerlas o seguir manteniéndolas con el fin de aportar más rentabilidad al patrimonio.

Llegado el momento de la jubilación, el ahorro necesario para cubrir el diferencial entre las necesidades económicas reales y los ingresos de la pensión pública es aquél que cubra, según el Banco de España, entre un 70 y un 90% los ingresos que tenía cuando estaba en activo.

El ahorro es la herramienta principal para complementar la pensión estatal. Por tanto, cuanto más tarde se comience a planificar la jubilación más alto será el porcentaje que haya que destinar a ese fin

El ahorro es la herramienta principal para complementar la pensión estatal. Por tanto, cuanto más tarde se comience a planificar la jubilación más alto será el porcentaje que haya que destinar a ese fin. No olvidemos que el interés compuesto juega a favor, permitiendo sumar intereses al capital ahorrado, por eso es primordial comenzar cuanto antes.

Invertir de cara a la jubilación requiere de una estrategia a muy largo plazo y que se adapte al perfil de cada ahorrador/inversor, ajustándose a los objetivos financieros personales y familiares. Quizás, llegados a este punto, la figura del asesor financiero independiente sería algo esencial.

El mercado está plagado de productos diseñados para el ahorro destinado a la jubilación que aportan rentabilidad y a la vez pueden ser capaces de generar incentivos fiscales. Uno de los productos creado en especial para este fin es el Plan de Pensiones cuyo mayor inconveniente es que su liquidez está restringida, aunque se permite su rescate en determinadas situaciones y a partir de 2025 se podrán rescatar si han trascurrido diez años desde que se realizó la primera aportación. Otra opción pasa por los Planes de Previsión Asegurada (PPA), los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) y los Seguros de Pensiones.

Otro producto de inversión aconsejable es el Fondo de Inversión que permite diversificar la inversión tanto por sectores, gestores, áreas geográficas y tipos de activos.

Compaginar planes de pensiones y fondos de inversión quizás sea la mejor estrategia. En ambos casos se puede cambiar la inversión a otros planes o a otros fondos sin tener que tributar por ellos, lo que habilita el control del riesgo a medida que se acerca la edad de jubilación, permitiendo la adaptación a las circunstancias del mercado.

Un factor para tener en cuenta es la inflación ya que afecta de lleno al ahorro. Cuanto más alta sea la inflación mayor tendrá que ser el ahorro necesario. Por esta razón, el dinero no se puede quedar parado en ningún momento. Tener el ahorro estancado hará que la inflación vaya disminuyendo poco a poco el poder de compra y eso repercutirá en el dinero a percibir como complemento a la pensión pública.

Jubilarse es decir adiós al estrés de la jornada laboral y tomarse las cosas con más calma, pero sin renunciar al olvido del patrimonio financiero obtenido durante la etapa en que se estaba en activo

La estrategia financiera no finaliza con la jubilación, es más, debe de ir más allá, dando rentabilidad a los ahorros que no se vayan utilizando y evitar así la descapitalización. La gestión del patrimonio se debe de seguir llevando a cabo porque la rentabilidad del ahorro en la etapa dorada es más necesaria que nunca: se está en el periodo específico donde no se generan rentas, se consumen. Si no es necesario, no se deben de rescatar los Planes de Pensiones ni los Fondos de Inversión. Retrasando el cobro se consigue una mayor rentabilidad que con otros productos financieros, aprovechando, como decía, el diferimiento fiscal hasta el momento del rescate. En cualquier caso, nunca se rescatarán en forma de capital (a no ser que sea estrictamente necesario o favorezca la fiscalidad) ya que, si se hace en forma de renta, poco a poco, el capital que queda sin rescatar sigue generando retornos.

En fin, jubilarse es decir adiós al estrés de la jornada laboral y tomarse las cosas con más calma, pero sin renunciar al olvido del patrimonio financiero obtenido durante la etapa en que se estaba en activo.

(*) Gestor de Activos Financieros

e Inmobiliarios

@ToGarMos

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