Zamoreando

Con opción de compra

Congreso y Senado son los destinos más apetecibles para los políticos

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Para los ínclitos miembros del Congreso y el Senado todo son facilidades, canonjías y esas cosas que tanto agradan a sus señorías. Congreso y Senado son los destinos más apetecibles para cualquier político que se precie y más concretamente para los que ya nada tienen que hacer en la vida municipal. A muchos, por perder y llevar el partido a la ruina, les dan como castigo un escaño. No me extraña que la autoexcluyente clase política no progrese adecuadamente, priman a los malos en lugar de premiar a los buenos.

Ahora que ya conocemos la cuantía que se llevarán cruda los integrantes de ambas Cámaras a modo de finiquito, aunque no hayan hecho nada más que cuatro preguntas sin respuesta y calentado un poco el escaño por aquello del que dirán, nos enteramos de que pueden seguir sacando tajada de su condición. A ver. Cuando estos señores y señoras llegaron al Congreso, todos y cada uno recibieron un “kit tecnológico” compuesto por un teléfono iPhone y una tableta iPad como herramientas para ayudarles en su labor parlamentaria. Pura teoría, porque luego sabemos lo que hacen con semejantes herramientas: jugar. A Celia Villalobos ya la pillaron en alguna que otra ocasión, porque se aburría.

Pues bien, al disolverse las Cortes, tras publicarse el decreto de convocatoria de elecciones el 23 de julio, aquellas y aquellos de sus señorías que hayan perdido el escaño tendrán la oportunidad de quedarse los terminales, previo pago de una cantidad a la Cámara. Poca trasparencia hay al respecto, pero, bueno. Esta opción de compra se ofrecerá también a quienes mantienen el escaño por ser todavía miembros de la Diputación Permanente aunque no renueven el acta en los comicios del 23 de julio.

Si no me equivoco el Congreso compró 825 móviles de última generación para diputados, asesores y funcionarios. Para renovar sus móviles, la Cámara Baja se gastó 1.600 euros por diputado, una pasta gansa. Revalidado el protocolo de devolución de los terminales por la Mesa de la Diputación Permanente, aquellos que quieran quedarse con estos aparatos que a escote les pagamos todos los españoles, dependiendo de los años de uso, pagarán: 85 euros por el iPhone 8 que por algo es ‘antiguo’ ya que se les dio al comienzo de la legislatura. Los que se habían pasado al nuevo iPhone 14, la cantidad a abonar será de 1.470,13 si quieren mantener su móvil. En uno y otro caso un auténtico chollo a tenor del precio real.

Supongo que ya tendrán que pagar de sus bolsillos los taxis y todo eso que lleva implícito el ser titular de un escaño. Lo contrario sería el colmo.

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