Mi nombre es Pablo, hijo de Lorenzo Crespo Carbajo, maestro, y amante de la cultura, la vida y la libertad. En su juventud le gustaba expresarse a través de la poesía firmando sus poemas como Fulanito de Kopas, y hoy, en el aniversario de su muerte, una misteriosa energía me fuerza a transcribir y publicar el siguiente artículo.
Hace un año salté la valla, esa que separa la vida y la muerte.
Mi energía fluye libremente por el universo, creando sinergias de paz y amor especialmente con mi madre, figura, que tanto eché de menos en vida.
Y hoy, grabo en el papel estas letras, para mostrar de nuevo mi afecto y cariño a la mujer que me acompañó hasta mis últimos días.
Luna plácida
Luna plácida, serena,
que iluminas por las noches mi vereda.
Se mecen entre susurros,
entre árboles y hierba
amantes y enamorados
que alumbras con tu clara estela.
Croan las ranas hembras
y el agua está muy quieta;
murciélagos vuelan de noche
porque la luz los aterra.
¡Y los pájaros se arrullan!
¡Y enamorados se besan!
los que enlazadas las manos
caminan por mi vereda.
La calma que se respira
allá abajo, en la huerta,
es propia de emperadores
de reyes o princesas.
Bajo el emparrado aquel
muy cerca de la alameda,
le dije un día; te quiero
y te pusiste contenta.
No creas que se me olvida
cuando tu luna, tan bella
viste que besaba a Pili
y te quedaste tan quieta.
Tú siempre fuiste testigo
tú siempre mi luna bella,
pues ninguna cosa ignoras
aunque todo lo consientas.
Deseando a mi familia y amigos que disfruten del día a día, que vivan en armonía y eviten conflictos, y anhelando: democracia, justicia, libertad y suerte para la persona honrada, se despide hasta siempre.
Fulanito de KOPAS