A votar, por fin

Ni en campaña han sido capaces los partidos de vender ilusión

Colocacion urnas y papeletas en colegios electorales

Colocacion urnas y papeletas en colegios electorales / LOZ

La campaña se ha hecho bola. Ya sea porque este año toca solo votar en las elecciones municipales o porque en la principal plaza de la provincia el pescado, parece, está vendido desde que Guarido dijo que se presentaba, el caso es que la última semana se ha hecho larga. Zamora en el día de la marmota. Poco queda ya de la visita de María Jesús Montero en el primer viernes de campaña electoral, cuando La Josa se llenó de banderas socialistas. Fue eso, Mañueco el sábado para arropar al candidato del PP, Tudanca el domingo para dar su respaldo a David Gago (un “gran acto de juventud” que se quedó en medio centenar de militantes, pocos de ellos jóvenes, en La Marina) y Margarita Robles el lunes siguiente para recordar que Toro que sí, que Monte la Reina se va a hacer, que están en ello. Si alguien recuerda un momento más que destacar desde entonces, que hable ahora.

Con las urnas llamando a las puertas de los colegios en toda España y con doce elecciones autonómicas a punto de celebrarse, Zamora ha pasado a un segundo o tercer plano para los partidos políticos. Lo de las autonómicas del año pasado, convocadas solo en Castilla y León con claro interés nacional de los partidos, fue un espejismo. Castilla y León interesa lo justo y Zamora, menos. Nada queda del desfile de ministros de hace cuatro años, ni de las visitas de febrero del año pasado. Tudanca ha pasado de puntillas por la provincia y ha centrado su actividad allí donde el PSOE tiene más opciones. Lo mismo Mañueco, que ha descargado en Isabel Blanco la representación del Gobierno de la Junta. Guarido vive al margen de su partido, pero no deja de chirriar enormemente que Izquierda Unida no respalde públicamente al único alcalde que tiene en una capital de provincia. Requejo va por libre. Vox ha limitado su campaña a un acto con el vicepresidente de la Junta y a carpas electorales. Podemos da Zamora por imposible y Pablo Fernández ni ha asomado por aquí. UPL y Prepal, en su línea. Y Futuro presenta una candidata desconocida que no ha hecho por darse a conocer. Demasiado poco para tanto como hay en juego.

Y con estos mimbres toca hacer un cesto e ir a votar. Ni en campaña han sido los partidos capaces de vender ilusión, así que no es de extrañar que haya gente que vaya al colegio electoral como el que va a trabajar: porque hay que ir. Pocos, poquísimos votos se habrán movido en la ciudad en los últimos quince días. Las encuestas dicen lo que dicen sobre quién será el alcalde y sobre quién entrará a un Pleno que puede convertirse en el más plural de la historia democrática de Zamora, con hasta cinco partidos con opciones reales de obtener representación. Eso lo veremos mañana por la noche. Menos mal que queda poco.

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