El estilo de Iñaki Gabilondo

Yo pediría a tus colegas que sean menos creídos, más cultos y patriotas además de respetar a los que entrevistan

Dibujo sobre un periodista

Dibujo sobre un periodista

Antonio Gallego

Antonio Gallego

Hace unos días vi la entrevista que Jordi Évole hizo a la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Diaz en televisión y confieso que me decepcionó, tanto él como ella. Y entonces eché de menos, como muchas otras veces, a mi admirado Iñaki. Posiblemente sea otro signo de mi edad, y más en estos momentos tan confusos y revueltos, con tan poca calidad a la vista, que me desequilibran.

En el caso de la entrevista de Jordi, el entrevistado se configura más como periodista-protagonista, a la caza de lo que pueda sacar de su víctima, a la que acosa, para ser noticia durante unos días en muchos medios de comunicación que juegan a lo mismo. Y la entrevistada cayó en la trampa y se fue de la lengua más de lo que debía y sobre todo por el momento que atraviesa la consolidación de su proyecto político Sumar, que pienso es importante para todos.

Hace poco, Iñaki recordaba que una de las entrevistas que más le impresionó fue la que hizo a una madre que contaba lo que sintió cuando su hijo volvió a la vida. Tras recordar esa historia, el periodista ha reconocido que la vida "tiene cosas impresionantes" y que la gente común puede llegar a sorprender mucho más que cualquier político o famoso: "Cuando entrevistas a esas personas importantes, casi siempre sabes lo que te van a decir. Algunos son muy previsibles. Sin embargo, cuando hablas con la gente común, ya sea en la radio o en cualquier sitio, aparecen colores que no te sabes", explica. En definitiva, y a pesar de los cientos de entrevistas que ha hecho a lo largo de estas últimas décadas, Iñaki Gabilondo se queda con la entrevista a esta mujer que no solo impresionó a la audiencia, sino al propio Gabilondo.

Iñaki, además de preparar profundamente cada noticia, mantenía una distancia. No acosaba ni interrumpía continuamente al entrevistado. Respetaba su protagonismo y sus tiempos

Esa tendencia a perder su función está de moda en el periodismo actual. Lo notas desde el inicio, incluso cuando simplemente se comunica un noticia casi leída. El lenguaje corporal, el tono de voz exageradamente alto, el titular que enmarca lo que se dice está forzado. Se trata de ocupar por parte del comunicador un espacio que no le pertenece. Iñaki, además de preparar profundamente cada noticia, mantenía una distancia. No acosaba ni interrumpía continuamente al entrevistado. Respetaba su protagonismo y sus tiempos.

En su casi programa de despedida de su larga carrera "¿Qué (diablos) es España?" él manifestó que el citado documental suponía un adiós sin acritud: "Quería que lo último que hiciera no tuviera vinagre. No he ocultado a nadie que, en los últimos años de mi carrera, avanzaba hacia el escepticismo a gran velocidad. Durante algún tiempo creí que eso era sabiduría de viejo. Luego descubrí que era cansancio y que muchas veces los viejos nos ponemos muy estupendos llamando sabiduría a lo que sencillamente es fatiga. Así que decidí acabar con algo que he hecho toda mi vida, que es preguntar y hablar serenamente sobre nuestro país lejos de la bronca política".

Gabilondo ha deplorado que España sea un tema de crispación continua y que sus habitantes gasten toda su energía enfrentándose: "Estamos demasiado ocupados discutiendo sin dialogar. Cuando escuchamos una voz que discrepa, decimos que nos lleva la contraria, porque asumimos que alguien que no comparte nuestro punto de vista solo puede ser un idiota o alguien que tiene mala voluntad. Hemos perdido tantas oportunidades históricas por pelearnos. Ya lo dijo Otto von Bismarck: ‘España es el país más fuerte del mundo, porque lleva dos siglos queriendo matarse y no lo ha logrado. Si algún día se dejara de poner la zancadilla, avanzaría".

En vez de pensar en lo que son los españoles, o en lo que han sido, ha explicado el periodista, mejor sería pensar en lo que pueden hacer para construir algo juntos: "España es un país de antepasados, que no cierra ninguno de sus episodios históricos. Los demás países tienen broncas que resuelven mejor o peor y siguen adelante. Nosotros no sabemos si estamos orgullosos o avergonzados de la aventura americana o del pasado islámico de Al-Ándalus". Siempre cuestionamos todo.

Como ves, Iñaki, algunos te echamos mucho de menos. Yo pediría a tus colegas que sean menos creídos, más cultos y patriotas además de respetar a los que entrevistan. No por estar en la noticia son ellos noticia.

Suscríbete para seguir leyendo