¡Somos todos tan solidarios…!

Ha tardado unos nueve meses don Juan García-Gallardo, vicepresidente sin cartera de la Junta y líder regional de Vox, en organizar y presentar el llamado concierto solidario por la Culebra. El embarazo ha tenido que ser complicado y el alumbramiento no digamos. ¿Fórceps?, ¿cesárea? pero da la impresión de que, como en la fábula clásica, parieron los montes y nació un ratón. ¿Qué tiene de solidario un concierto en el que ni los habitantes de la zona van a ver un ochavo ni los demás podemos pagar una entrada para echar una mano. El señor Gallardo lo explica con una claridad más que meridiana: “La solidaridad reside en que los vecinos afectados podrán acceder gratuitamente”. Mira qué bien. Eso es procurar el bien común y lo demás paparruchas orientales.

Ignoro cuánto van a cobrar los artistas “invitados” (Fangoria, Marlon y el dj Fonsi Nieto), pero la Junta va a desembolsar la friolera de 160.000 euros (don Juan dixit) por llevar a Villardeciervos tamaño acontecimiento cultural, social, musical con el objetivo de lograr una “reparación moral” por los daños de todo tipo causados por los gravísimos incendios del año pasado y, de paso, potenciar el turismo en tierras tan dejadas de la mano de Dios desde tiempos inmemoriales. Esos 160.000 euros parecen un pastón. ¿De dónde saldrán? Sí, sí, ya sé que de las arcas de la Junta, pero ¿de qué departamento?, ¿todo lo va a poner don Juan de sus dotaciones oficiales? Convendría aclararlo porque me da la impresión de que todo el montaje es cosa suya y ahí, como ha sucedido más veces, el PP no ha metido cuchara. Estamos en época electoral y cada cual, si cree que le es rentable, hace la guerra por su cuenta. Además, salga del presupuesto que salga, saldrá de nuestros bolsillos. Por si alguien lo dudaba.

Un breve recorrido por las redes sociales muestra un rechazo casi absoluto al concierto de don Juan. Nadie ve la supuesta solidaridad por ningún lado.

Y quienes dudan de la eficacia y razón de ser del invento son asociaciones de la comarca. “La Culebra no se calla” ya ha protestado airadamente. La palabra “impresentable” aparece en comunicados de agrupaciones agrarias y entidades vecinales. Un breve recorrido por las redes sociales muestra un rechazo casi absoluto al concierto de don Juan. Nadie ve la supuesta solidaridad por ningún lado. Ni siquiera nos dejan ser solidarios a los demás. O eres de la Junta y gastas 160.000 euros sin contar con los afectados o te guardas en el bolsillo los euros que ibas a pagar por la entrada. Para hacer turismo por la comarca no hace falta que Mañueco, Gallardo o Santonja nos digan cuándo y cómo tenemos que ir.

El concierto presuntamente solidario va a dar bastante que hablar, pero quizás lo haga más adelante. Ahora estamos ya en plena Semana Santa y, en esta tierra, las procesiones, las cofradías, los pasos y el tiempo (jamás en Zamora ciudad se mira tanto al cielo) lo acaparan todo. ¡Ah, claro, y los visitantes! Si viene poca gente, un fracaso. Si se llenan las calles, los bares y los restaurantes, un éxito. Ahora, cosa de la modernidad y del progreso, la religiosidad, la devoción y la piedad se miden ya en número de turistas, de comensales y de “dos que sí y uno que no”.

Por cierto, y ya que estamos en asuntos de la Divinidad, ¿qué pensarán, y más estos días, las gentes católicas, apostólicas y romanas y, a la vez conservadoras, de las proclamas de una telepredicadora evangélica en todo un mitin del PP. Si votan a Feijóo, ¿apoyan a la protestante? Y si dan la razón a la evangélica, ¿cómo seguir votando a un partido tan católico? Un lío. Algunas señoras de mi pueblo andan desconcertadas, rezando rosarios a tutiplén y haciendo penitencia a ver si alguien tiene a bien iluminarlas.

Y para penitencia la que le espera a la izquierda en Toro. Habrá, al menos, dos listas con todo lo que eso supone. Al final no hubo acuerdo. El PSOE presentará una candidatura, encabezada por Carlos Rodríguez, secretario general toresano, y el actual alcalde, Tomás del Bien, elegido en las filas socialistas dos veces, también concurrirá al frente de una agrupación de electores. Y todo por unos roces internos y pequeñas luchas de poder que el partido, ni aquí ni en Madrid, ha sabido (o ha querido) solucionar. El expediente abierto a Tomás del Bien, que está siendo un buen alcalde, duerme el sueño de los justos desde hace meses y meses. La izquierda no pierde ocasión de hacerse el harakiri cuando las cosas parecían irle bien en Toro.

Y por si fuera poco, magia negra o vaya usted a saber qué en Cañizal. No nos falta de nada. ¡Vade retro, Satanás, que aquí somos todos muy solidarios!

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