El espejo de tinta

Gago o Guarido da lo mismo: votos que se suman

Esa sectaria fraternidad que tiene a Zamora muriendo y a la que llaman “la izquierda”

PLENO AYUNTAMIENTO. FRANCISCO GUARIDO, DE PIE, HABLA CON DAVID GAGO, A SU LADO, AUXI FERNANDEZ, FRANCISCO REQUEJO Y CRUZ LUCAS

PLENO AYUNTAMIENTO. FRANCISCO GUARIDO, DE PIE, HABLA CON DAVID GAGO, A SU LADO, AUXI FERNANDEZ, FRANCISCO REQUEJO Y CRUZ LUCAS / EMILIO FRAILE

Ángel Macías

Ángel Macías

Nos contaba ayer en estas páginas uno de los buenos periodistas de la casa, Manuel Herrera, cómo en el último pleno municipal discutían el alcalde y el portavoz del PSOE por varios asuntos de muy escasa relevancia. Lo significativo no son, pues, los asuntos de debate o la fuerza de la discusión que, de hecho, no fue ni especialmente acalorada ni demasiado creible. Solo destacaron el interés de David Gago en que parezca que hace oposición -a buenas horas mangas verdes- y la ya acostumbrada soberbia de un alcalde que se caracteriza por comportarse siempre de manera contraria a como quiere que se le considere y que además se encoleriza cuando, como ocurre cada vez con más frecuencia, los ciudadanos se atreven a opinar, a criticar o a llevarle la contraria. No digamos ya si se les ocurre manifestarse contra su despotismo y el de su equipo de concejales, el más incapaz, incompetente y soberbio que se recuerde en la ciudad de Zamora.

Cuidado con los espejismos. Gago lleva de portavoz socialista desde la inmediata espantada por ascenso a territorios más confortables de Antidio Fagúndez tras su desastre electoral cuando de la coalición que gobernaba el ayuntamiento IU sacó todos los réditos y el PSOE bajó de cinco a tres concejales. Cuatro años en los que su seguidismo de los designios de Guarido parecía solo tener explicación desde un miedo casi cerval a enfrentarse al alcalde por el hecho de que éste también es de izquierdas. Ya sabemos que los sectarismos tienen estas cosas: la ciudad puede atravesar sus peores momentos en cuanto a dinamismo, actividad, inversiones, cuidado y hasta gestión económica, los socialistas reconocerlo en privado pero no se puede cuestionar públicamente para no dar armas a ese espectro abstracto en el que como un agujero negro cósmico cabe todo al que llaman “la derecha”.

El PSOE no ha estado solo para coadyuvar durante sus cuatro años de gobierno en coalición y respaldo a Guarido ni durante estos cuatro de ni una cosa ni la otra

Tampoco los otros grupos de la oposición han dado la mínima batalla exigible a quien quiere gestionar la ciudad. Ni los populares en los que Martín Pozo ha ejercido de tapón cuando quizás otros hubieran podido poner sobre la mesa algunas de las vergüenzas del gobierno municipal, ni por supuesto los concejales ahora no adscritos, antes Ciudadanos, mucho más pendientes de otros asuntos que del bien de la ciudad. En eso el PSOE no ha estado solo para coadyuvar durante sus cuatro años de gobierno en coalición y respaldo a Guarido ni durante estos cuatro de ni una cosa ni la otra. Así, el actual alcalde, siendo el más inoperante de todo el periodo democrático llega por segunda vez a la ratificación de las urnas proporcionalmente más entero y menos desgastado por la oposición y los medios de comunicación que ningún otro antes.

Tan es así que veo difícil que cuele el intento de parecer que ahora algunos sí quieren hacer oposición cuando es meramente un trampantojo, un disfraz para ocultar que, en cualquier caso los votos de Gago van al mismo saco que los de Guarido y se suman juntos, sea en coalición de gobierno, sea en miedo a enfrentarse y seguidismo, en esa sectaria fraternidad que tiene a Zamora muriendo y a la que llaman “la izquierda”.

www.elespejodetinta.com

Suscríbete para seguir leyendo