Zamoreando

Se necesitan cantores

Lo que sea menester menos ver mermar las filas de esos zamoranos

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Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

No se trata de un anuncio ad hoc. Tampoco se trata de una broma. Es una realidad palmaria. No hay relevo generacional para las corales. Estoy pensando, con todo el cariño del mundo, en el "Coro Sacro Jerónimo Aguado", patrimonio de Zamora y de su Semana Santa. Los años pasan y se necesita savia nueva, voces jóvenes que se unan a la experiencia y la sabiduría de los coralistas actuales, de los que no desfallecen, de los que permanecen. Lo cierto es que los años van pasando, llevándose la juventud y antes de que el cansancio obligue a abandonar hay que conseguir los relevos necesarios. Existe una cierta preocupación entre quienes dirigen estas formaciones tan necesarias en la vida musical de Zamora.

Entiendo que no todo el mundo quiere comprometerse con el calendario de actuaciones que, sobre todo en Semana Santa, desarrollan los distintos grupos, pero no es posible que, entre tantas buenas voces como hay en esta tierra, no salgan las suficientes como para no comprometer el futuro de las distintas corales. Los colegios de Zamora son una buena fuente. Estimo que hay banquillo, no ya de suplentes, sino de auténticos coralistas que desde la más tierna infancia sienten la llamada de la música, la llamada de la canción.

Estoy pensando, porque me encantan, en los niños cantores que, en el Colegio Divina Providencia, dirige con tanto acierto la sin par Yoly Concejo. Me entusiasman. Cuántos de ellos podrían figurar en una lista no ya de futuribles sino de cantores en el presente. Lo "enanos" en las primeras filas y los coralistas con experiencia en las de atrás, por estatura y por textura de las voces. Lo que sea menester menos ver mermar las filas de esos zamoranos, siempre dispuestos, que nos han llenado de orgullo y satisfacciones mil.

Como me gustaría que el temor de algún director fuera solo eso, un temor infundado. Me encanta hablar con Pablo Durán que es hombre cabal, directo, sincero, magnífico pregonero y el continuador indiscutible de la obra de don Jerónimo Aguado, a quien siempre profesé un respeto reverencial. Veo preocupado a Pablo y hago mía su preocupación. Tienen que salir voces de la ciudad y de la provincia para incrementar el ‘patrimonio’ que lleva adelante Pablo y otros patrimonios que pasan por el mismo problema y que son la mayoría.

Zamora, que es ciudad de buenos cantores, de voces extraordinarias, necesita incrementar ese patrimonio humano con una cierta urgencia. No se trata de importar lo que Zamora puede permitirse incluso exportar: voces. Se necesitan. No es una broma. Es responsabilidad de todos no dejar morir a nuestras más emblemática formaciones corales.

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