Zamoreando
Tiene pinta de chapuza
Las obras del centro: menos bolardos y más arbolitos
No es porque yo lo diga, es porque se lo escucho decir a conductores y peatones. Las obras llevadas a cabo en Cortinas de San Miguel, adyacentes y Magistral Romero, tienen pinta de chapuza. Intentar coger la curva para entrar en Magistral Romero desde la Avenida de Alfonso IX requiere pericia porque, de otra forma, la peripecia está servida. Hace cuatro días, como quien dice, se finalizó la obra o eso parecía. Resulta que han vuelto a sacar la maquinaria pesada, la brea y todo lo demás porque se han visto obligados a levantar y reponer o lo que es igual, parchear, porque el conocido como ‘firme’, de firme tiene lo que yo de cura.
No entiendo que se haga una obra que, a buen seguro, habrá costado lo suyo, lo del Ayuntamiento que, en realidad, es lo de todos nosotros vía impuesto y que a los pocos días de haber finalizado haya que levantar el pavimento con los consiguientes trastornos. Digo yo que las obras, como los electrodomésticos, tendrán garantía por lo menos de un año, porque si por el chapuceo, al que no acabamos de acostumbrarnos, del pavimento hay que pagar dos veces, es un chollo para las empresas. Y eso me parece que tiene un nombre.
Vengo preguntándome hace tiempo dónde está el responsable de obras. Quizá es que no le pongo cara y por eso aunque esté supervisando, que sería lo suyo, no acabo de reconocerlo. Recuerdo al otrora concejal de obras en una de las legislaturas de Andrés Luis Calvo, el socialista José Antonio Villarino, a quien, cuántas veces, a lomos de su bicicleta, le veía echar un vistazo a las obras que se llevaban a cabo en la vía pública. Así da gusto. Tiene que haber alguien con suficiente mando como para señalar lo que está mal hecho. En materia de obras Zamora no está para sacar pecho.
Así da gusto. Tiene que haber alguien con suficiente mando como para señalar lo que está mal hecho. En materia de obras Zamora no está para sacar pecho
Menos bolardos y más arbolitos. Menos contenedores dificultando la entrada a las comunidades de vecinos, siempre beneficiando a los supermercados que, encima, son de fuera, y más soterrar esos mamotretos que afean las ciudades, que permanecen abiertos porque algunos vecinos también dejan mucho que desear y porque es el lugar preferido para la búsqueda de comida por parte de quienes no se han enterado que Cáritas existe.
Las obras llevadas a cabo en toda esa amplia zona han tenido desde el inicio de las mismas, toda la pinta de ser una chapuza. Mucha maquinaria pesada pero poco ojo y poca profesionalidad a la hora de ejecutarlas. Zamora se merece mejor suerte. Suerte que empieza en los despachos y acaba en obras bien ejecutadas.
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