De la despoblación que no estuvo en la moción

¡Nadie se ha acordado de la "zamoranía" en la incalificable moción de censura!

Paisaje

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Laura Rivera

Laura Rivera

-Y ese mozo, un tal Tamames, que parece que tiene un abuelo de por aquí, por Sayago o por el Cubo, ¿ha dicho algo de la despoblación?

Ni siquiera el exótico candidato a la presidencia en la moción de censura de la no menos exótica ultraderecha de Vox. Ese señor que tiene un apellido como el nombre de un pueblo sayagués pero en plural y como un pueblo de la vecina Salamanca; o sea, de estas tierras leonesas que se vacían de norte a sur -y en medio se olvidan de Zamora. Ese señor que comparte apellido con nuestros pueblos pero tal vez o no lo sabe o se ha olvidado. Ese señor Tamames que, desde su independencia de pensamiento, palabra, obra y comisión de moción de censura en malas compañías, ha planteado los problemas y soluciones para España.

-Pues vaya, que digo yo que si van a repoblarnos con militares en Monte la Reina al menos los del gobierno sí nos habrán mentado.

Tampoco los gobernantes actuales que han censurado la moción de censura y defendido su trabajo desde el gobierno en el Parlamento.

-¡Claro! Pero los de la oposición, que tienen un líder de ahí, un poco más allá de la Sanabria, esos seguro que sí les habrán echado en cara que somos la provincia que más se despuebla.

Ni el otro señor gallego que no se sabe si subía o bajaba cuando se ha ido a la embajada de Suecia en pleno debate sobre este país.

-Muy bien pensado, porque antes nos decían que Suecia era un país envejecido, y rico, no como nosotros, viejos y pendejos ¡je, je!, pobres, quiero decir. Por eso, al menos los de la izquierda habrán dicho que estamos buscando médicos que quieran venir porque llevamos con el consultorio cerrado desde la pandemia.

Ni los variopintos representantes de partidos minoritarios, a la izquierda de la izquierda, o debajo de los de abajo.

-Pero si han hablado hasta de la Guerra Civil, que dicen ahora que empezó en el 34 y no con el golpe de estado del 36 ¿Y de la despoblación nada? Ni los de arriba, por si a la derecha de la ultraderecha de Vox hay alguien.

-Ya sé. Habrán sido los compañeros de penurias de la España vaciada que están ahora en el Parlamento con los votos de los de allí, los que habrán sacado pecho defendiendo nuestros problemas.

Ni el procurador de Teruel existe que, en nombre de la España vaciada, sólo se ha referido al trasvase de su río, el Ebro existe. Pero no al trasvase del río de manos y brazos de trabajadores que se han vaciado a la orilla del Duero duradero de Claudio Rodríguez, más duradero que la gente nacida a su lado que acaba marchándose siguiendo la corriente social.

-¡Pues aviados vamos otra vez!

¡Nadie! Nadie ha planteado como un problema la situación de la “zamoranía” y de otros territorios que se despueblan.

Al final no es de extrañar que no salgamos ni en la moción de censura ni en las primeras páginas de los periódicos salvo cuando se nos quema el monte, que es lo que nos queda

Los grandes problemas de Estado para el señor de la moción de apellido cercano han sido el clásico desde el siglo pasado sobre el estado de las autonomías y los independentismos, y la inmigración ilegal o la llegada de personas de otros países que sobreviven a la muerte por ahogamiento en nuestras costas.

Dos asuntos de Estado y gran calado que para nuestro territorio podrían ser más bien una solución y que ya se están defendiendo para la supervivencia de muchos pueblos: la repoblación con inmigrantes, a quienes se les ofrecen viviendas públicas y otros incentivos para que se asienten en Zamora; y la defensa de la igualdad de servicios entre las comunidades autónomas para que se puedan reabrir las escuelas de los pueblos con niños nacidos en otros países, o para que los médicos quieran venir a cuidar la salud envejecida de nuestros longevos y resistentes habitantes autóctonos.

De la emigración forzosa de nuestros jóvenes para buscar trabajo, o de la emigración entre esos territorios de las autonomías que están dejando de nuevo dos Españas, la llena y la vaciada –no confundir con las de la guerra que dice el Sr. Tamames,- ni una palabra.

Nuestro estado de despoblación no es su problema de Estado. Y ese es nuestro problema.

Nos hemos pasado años echando la culpa de nuestra situación a los grandes partidos y reivindicando no ser menos que otros en las grandes infraestructuras de las comunicaciones que, cuando llegaron no trajeron progreso como las autovías o nos dejan sin billetes para subirnos al tren. Y ahora que tenemos autovías y Ave, resulta que seguimos aislados de los corredores de comunicaciones europeas como el del Atlántico porque dejamos que se cerrara el Ruta de la Plata cuya vía están desmantelando a ojos vistas para hacer caminos verdes.

Y hablando de verde –me viene al recuerdo lo que coreábamos a la Guardia Civil en las manifestaciones “no todo lo verde, es ecología”, cuando resulta que al final es el Seprona el que cuida los espacios naturales y son los guardias civiles los que se mantienen viviendo en nuestros pueblos. Hablando de verde, decía, lo mismo nos ha pasado con esa energía hidroeléctrica que anegó pueblos para construir poblados fantasma, y esas energías también verdes que ahora ocupan tierras de cultivo con molinos eólicos, placas solares y otros artefactos verdes como corredores verdes de hidrógeno.

Así que volviendo a las fronteras de la “zamoranía”, hay quien políticamente apuesta por el zamoranismo para solucionar nuestros problemas. Una opción claramente equivocada porque cada territorio pide para su río –como hemos visto- y nos enfrenta a todas las provincias, hasta a las más pequeñas y como la nuestra o incluso en peor situación. Una rivalidad que divide y no vencerás: ¡Viva el teruelismo, el sorianismo, el conquismo y el zamoranismo! ¿Juntos o enfrentados?

Y además dentro de las fronteras, los defensores del zamoranismo, sí, se dedican a gastar el dinero de la Diputación en ferias y fiestas en el único municipio que no depende de esta institución provincial, en Zamora capital. Y no sólo en precampaña electoral, sino todo el año. Ejemplos hay miles, pero es significativo que el Ramos Carrión le cueste a la Diputación 60.000 euros al mes cuando un municipio recibe de media en la época de más inversión de la historia la mitad para las obras y servicios ¡para todo un año! ¡Sí, un escándalo! Ocho millones dividido entre 247 municipios, 32.000 eurazos. Y más si se divide entre 500 pueblos, con lo que tienen para gastarse en uno año una cuarta parte de los que se gasta en el Ramos sólo al mes.

Si eso hacemos los de dentro ¡cómo vamos a convencer a los de fuera!

Al final no es de extrañar que no salgamos ni en la moción de censura ni en las primeras páginas de los periódicos salvo cuando se nos quema el monte, que es lo que nos queda: el aire puro cuando no hay incendio, el paisaje destruido, la fauna para la caza y el agua contaminada.

Porque en la lucha por los derechos de los territorios salimos perdiendo desde hace años. Tal vez porque los derechos son de las personas y hay que reivindicarlos en todos los territorios. Tal vez porque en Zamora como en todas las partes hay ricos y pobres. Y porque hay que pensar en clases sociales y en derechos para todos y todas en cualquier territorio donde vivan. También en la “Zamoranía”, Zamora mía y Zamora nuestra. Nuestra Zamora, pequeña patria de nuestra gran humanidad.

-Pues igual con la Semana Santa sí acaban mentándonos en los telediarios.

-O como vienen turistas, nos traen algún médico y abren el consultorio.

-Por soñar…

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