Estado del bienestar: una ecuación difícil de resolver

Será difícil que aquel modelo ejemplar que mejoró sensiblemente la sociedad y a sus ciudadanos podamos verlo de nuevo

MANIFESTACION POR UNA EUROPA MAS SOCIAL Y DEMOCRATICA , RECUPERA EL ESTADO DE BIENESTAR

MANIFESTACION POR UNA EUROPA MAS SOCIAL Y DEMOCRATICA , RECUPERA EL ESTADO DE BIENESTAR / EMILIO FRAILE

Antonio Gallego

Antonio Gallego

Me refiero a la Sanidad, Educación, Pensiones y Cuidados Sociales. Este sistema de protección social, denominado Welfare en inglés, está íntimamente ligado a la vertiente política conocida como Socialdemocracia que tuvo su implantación en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, liderada por el Partido Socialista y la Democracia Cristiana. Su objetivo principal era la disminución de la desigualdad social y la mejor redistribución de la riqueza. Los fondos económicos para su mantenimiento provenían del Estado, vía los impuestos, así como del mercado financiero capitalista. Todo ello dentro del marco keynesiano que mantenía que la principal causa de las crisis era la baja demanda, derivada de las bajas expectativas de los consumidores. Propuso el intervencionismo como mecanismo para estimular la demanda y regular la economía en momentos de depresión. Keynes estudió los problemas agregados de la economía, como el paro, la inversión, el consumo, la producción y el ahorro de un país. Sus argumentos construyeron la base de la macroeconomía del momento.

Pero otra condición importante de este periodo era la estructura social imperante, formada por una población activa en lo laboral, más alta que la actual, con una clase media importante que favorecía el consumo de todo tipo, una población menos envejecida que la que tenemos en estos momentos y el vigor de los conocidos como sindicatos de clase.

Pero han pasado muchos años y el mundo ahora es muy diferente. En principio, la socialdemocracia como marco político principal ya casi no existe. Han proliferado en casi todos los países europeos partidos minoritarios que han cambiado significativamente el perfil político anterior. Tenemos los ejemplos claros de Francia e Italia donde los partidos socialistas y de derecha democristiana tiene resultados bajísimos. Por otro lado, el peso de la ultraderecha ha crecido de forma clara en parte por la presión migratoria sobre Europa de otros países especialmente africanos.

La filosofía conservadora apoyada por el capitalismo neoliberal ha ido poco a poco ganando terreno y ello se ha reflejado en que las privatizaciones en sanidad, pensiones o educación van progresivamente ganando terreno

En España, también los partidos mayoritarios, PSOE y PP, han bajado sus porcentajes de votos debido en parte a la aparición de otras fuerzas políticas como han sido Podemos, Vox y Ciudadanos, este último prácticamente desaparecido por sus múltiples errores. Así y todo, tanto PSOE como PP no han caído tanto como en otros países por la Ley Electoral española que tiene a la provincia como distrito electoral, creando una enorme desigualdad de cuántos votos sirven para elegir a un diputado dependiendo de cada zona de España.

Por otro lado, la filosofía conservadora apoyada por el capitalismo neoliberal ha ido poco a poco ganando terreno y ello se ha reflejado en que las privatizaciones en sanidad, pensiones o educación van progresivamente ganando terreno. Por último, la globalización económica del último medio siglo ha supuesto el fin del “keynesianismo”.

Paralelamente, la sociedad ha cambiado no solo en su estructura social de clases sino también por la revolución tecnológica que ha disminuido la llamada clase obrera industrial que votaba siempre a los partidos socialdemócratas. Todo ello ha hecho crecer los trabajadores en otros sectores como los servicios y el teletrabajo, que no están representados por el sindicalismo. En resumidas cuentas, se ha roto el equilibrio entre capital y trabajo. Además, la tecnología que viene apoyada en el boom de la Inteligencia Artificial y la robótica augura que ya todo será muy distinto.

Con todo, el marco social, político y económico que favorecía el llamado “Welfare” ha cambiado significativamente y eso crea los problemas que ahora estamos sufriendo. Me temo que será difícil que aquel modelo ejemplar que mejoró sensiblemente la sociedad y a sus ciudadanos podamos verlo de nuevo. Pero eso no significa que luchemos por defenderlo y señalemos claramente a los culpables.

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