Zamoreando

Medicina de género

La prevalencia de la mujer sobre el hombre es altamente significativa

Revisión en una unidad de ginecología

Revisión en una unidad de ginecología / Quique García

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

Aunque le ha pasado por encima la friolera de algo más de tres décadas, desde su publicación en 1990, el conocido best seller de Carmen Rico-Godoy, “Cómo ser mujer y no morir en el intento”, sigue gozando de esa lozanía propia de lo imperecedero. Un libro divertido y mordaz que sigue vigente a día de hoy. Y en verdad que intentar ser mujer no es fácil. Hablo de mujeres normales, nada que ver con esa recua de indocumentadas que se arrogan la representación de todo el género femenino en número plural cuando, en realidad, se representan a sí mismas.

Las mujeres estamos al cabo de la calle de casi todo. Tan expuestas estamos que incluso por el mero hecho de ser mujeres, estamos predispuestas a padecer un mayor número de enfermedades. También nos estamos igualando con el hombre en eso. Enfermedades consideradas casi en exclusiva como masculinas, ahora las compartimos e incluso superamos a los afectados varones. Cosa de los hábitos y costumbres adquiridos con el correr de los años.

Enfermedades consideradas casi en exclusiva como masculinas, ahora las compartimos e incluso superamos a los afectados varones. Cosa de los hábitos y costumbres adquiridos con el correr de los años

Los expertos señalan que el sexo es más determinante que la genética a la hora de sufrir patologías autoinmunes. Existen una serie de factores de riesgo que al combinarse en algunas personas pueden desencadenar este tipo de enfermedades. Entre los factores más preocupantes figuran el estrés, factores ambientales como los rayos ultravioleta o las infecciones y las hormonas sexuales femeninas. Por lo tanto, el sexo femenino representa un factor de riesgo para el desarrollo de estas afecciones que no hay que tomarse a broma. Sobre todo el estrés, causante directo de infinidad de problemas de todos los calados.

El 80% de las personas que padecen las 80 enfermedades autoinmunes que se conocen hasta la fecha, son mujeres. Batimos al hombre por goleada. Un factor importante en distribución tan desigual radica en el hecho de que las mujeres, en España, tienen una esperanza de vida mayor que los hombres. Algo así como 85,8 años las mujeres frente a los 80,2 de los hombres. Así lo ha reconocido el Instituto Nacional de Estadística. No es de extrañar que las mujeres tengan mayor riesgo de sufrir patologías asociadas con el envejecimiento.

Si fueran las únicas nos daríamos por satisfechas pero es que las “desventajas” por nacer mujer están asociadas a la osteoporosis, la artritis reumatoide, amén de ser más susceptibles a padecer síntomas incapacitantes de mayor gravedad, a lo que hay que añadir las enfermedades relacionadas con la glándula tiroides. La prevalencia de la mujer sobre el hombre es altamente significativa. No es de extrañar que esté empezando a desarrollarse lo que ya se llama “Medicina de género”. De género femenino.

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