El inquilino de La Moncloa

Esa silenciosa gente que traga y traga cada día saliva ante cada mentira de Sánchez

06 DICIEMBRE 2022;CONGRESO DE LOS DIPUTADOS;CONSTITUCION;44 ANIVERSARIO

06 DICIEMBRE 2022;CONGRESO DE LOS DIPUTADOS;CONSTITUCION;44 ANIVERSARIO / Alberto Ortega

Manuel Antón

Manuel Antón

Hoy, al levantarme me he encontrado con que una persona, a la que ni por asombro esperaba, estaba sentada en una de las butacas que tengo en la salita de mi casa. Iba ataviada como visten los beduinos y, al no conocerla, de inmediato le he preguntado: ¿y usted quién es? ¿Qué hace en mi casa?...

El desconocido me ha respondido: soy el que vive en La Moncloa, y he venido para ajustar cuentas con usted porque tengo entendido que tiene la manía de meterse mucho conmigo.

Yo, que tras las barbas postizas que llevaba puestas el singular personaje había sido incapaz de reconocerle, me he atrevido a preguntarle: ¿no será usted quien no desearía que fuera, es decir, don Pedro, “el Pinocho de La Moncloa”?

Pues sí, me ha respondido con cara de pocos amigos, el mismo que viste y calza.

Tras respirar hondo y contar hasta diez, he preguntado al ilustre visitante: ¿y qué quiere de mí?

Pues, como le he dicho, he venido a pedirle explicaciones porque no entiendo cómo se mete tanto conmigo, con lo buen presidente que soy.

Hechas ya las presentaciones, nos hemos puesto a charlar distendidamente don Pedro y quién suscribe, y, como el atacado era yo, he tomado la palabra y le he dicho: señor presidente, yo, no es que me meta con usted, digo lo que digo sobre su persona porque millones de españoles, que desearían decir lo mismo que digo yo, no se arrancan, y por eso, y porque me lo piden en la calle quienes me leen y conocen, es por lo que, erigiéndome en representante de esa silenciosa gente que traga y traga cada día saliva cuando usted sale por la tele diciendo mentiras, es por lo que llevo algún tiempo escribiendo, no solo acerca de usted, sino de otras cuestiones más.

Pudiendo apreciar tras sus barbas de papel ese rostro inconfundible que pone el presidente cuando se siente acosado, me contestó: ¿Sabe usted lo que quise decir cuando dije que jamás pactaría con Bildu?

Bueno, bueno, me replicó el presidente, y dijo: pues que sepa usted, don Manuel, que mientras haya tantos caladeros donde poder pescar, yo seguiré echando mis redes para intentar capturar cuantos votos necesite para seguir viviendo en La Moncloa, allá donde tengan necesidades, donde no sepan qué pensar, donde a la derecha no la puedan ni ver y donde sea más fácil entretener que convencer; aunque sé que, con la planta que tengo y con lo guapo que soy, a muchos y a muchas ya les tengo en el bolsillo.

Sorprendido me deja, don Pedro, le contesté, y añadí: pues creo que a poco que los españoles recuerden todo lo que usted prometió y comprueben cuanto de aquello ha cumplido, más le valdrá salir corriendo si no quiere que, en cuanto convoque elecciones, le pongan la cara contra la pared.

Pudiendo apreciar tras sus barbas de papel ese rostro inconfundible que pone el presidente cuando se siente acosado, me contestó: ¿Sabe usted lo que quise decir cuando dije que jamás pactaría con Bildu?...

No sé qué pretendió decir, le contesté, ni que pudieron entender que dijo el resto de españoles, pero sí sé que a quien le entrevistó le insistió diciéndole: “si quiere se lo repito cinco veces”…

Bueno, bueno… Ya veo que de estrategia política usted anda flojo, me espetó.

Y un servidor, que puede que de política no ande muy allá, pero que de decir lo que pienso, por mis años y mis circunstancias, ando sobrao, le repliqué: no tengo por costumbre claudicar, y, para zanjar la conversación, permítame que le recuerde lo que hace muy poco dijo acerca de usted un mucho más ilustre socialista de lo que es quien yo tengo sentado frente a mí, o sea, usted.

Don Pedro hizo ademán de querer salir corriendo, pero yo le sujeté por la chilaba y le dije: escuche, escuche.

Don Alfonso Guerra, muy recientemente dijo refiriéndose a usted:

“Y dice que pasará a la historia como el presidente que exhumó a un dictador. ¡Pues vaya gloria!” Y añadió: “Yo creo que pasará a la historia como el presidente más mentiroso de cuantos ha habido”…

“Dijo que si tuviera a Podemos en el Gobierno, no podría dormir, y…”

“Dijo que jamás pactaría con Bildu, y…”

“Dijo que lo del 1 de octubre de 2017 no fue sedición, sino una rebelión en toda regla, y…”

“Dijo que no indultaría a los condenados por sedición, y…”

“Dijo que tipificaría el delito de convocatoria de referéndum, y…”

Y, señor presidente, además de cuanto dijo don Alfonso de usted, y de lo que han dicho muchos de los que antaño le secundaban, yo le pregunto: ¿por qué, sin consultarlo con nadie, envió una carta al rey Mohamed VI de Marruecos, el 14 de marzo de 2022, en la que, sin citar para nada a Ceuta y Melilla, le confirmaba un cambio de postura del Gobierno de España respecto al Sahara Occidental; asumiendo, entre otras cosas, la propuesta marroquí de autonomía de la región del norte de África, lo que suponía aceptar una posición muy lejana a la que venía manteniendo nuestro país en relación a tan controvertido asunto, y sobre todo con Argelia…? ¿A cambio de qué?...

Luego de escuchar lo último que le pregunté, el pinocho de La Moncloa saltó despavorido por la ventana y no lo he vuelto a ver…

¡Ay Senegal, Senegal!

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