Pero, ¿el Ayuntamiento de Zamora realmente quiere reciclar?

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Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

Reciclar residuos y material desechable en el punto limpio de Zamora o someterse a una cesión de datos personales, tipo “tercer grado”; he ahí la cuestión.

Este enunciado no es una broma de quien escribe, no es una “boutade” para llamar la atención. Describe un hecho cierto que le sucederá a todo aquel que se acerque al punto limpio de Zamora con la intención de entregar cosas para reciclar. Lo explicaré, aunque parezca algo inexplicable.

Me gusta reciclar y lo hago a menudo, como tantos otros ciudadanos. El pasado sábado llevé al punto limpio de La Aldehuela material informático y de electricidad ya inservible. Me extrañó que, delante de mí, un señor se subiera a su vehículo, claramente enfadado y diciendo, “pues lo que vais a conseguir es que tire todo al contenedor general”. Se subió a su coche y se marchó, sin depositar lo que trajera, fuera lo que fuera.

Yo era el siguiente y en ese momento se me acerca un empleado (gente nueva por lo que observo) y le comunico mi intención de depositar el material que traía en el coche.

Entonces, en vez de decirme, como siempre, “al fondo a la izquierda, donde las pantallas de televisión “, me aborda, esgrimiendo un cuestionario. “Tiene que rellenar este formulario. Si no lo hace, no puede usted entregar ningún residuo”, me dice.

Yo, que de por sí soy paciente y colaboracionista, máxime con la administración pública, cojo el boli que amablemente me presta el empleado y me pongo a rellenar el dichoso papel.

Sin embargo, lo primero que me llama la atención es que no es un formulario del ayuntamiento, sino de una empresa privada llamada PreZero. Bueno, comencemos. Todo sea por el reciclaje: Nombre y dos apellidos, DNI, domicilio completo... Vaya, ni que fuera a solicitar un préstamo, me digo, ya bastante mosqueado. No obstante, continúo: Descripción del material que se va a entregar, matrícula del coche... y ahí ya no pude más. El pobre empleado volvió a sufrir un desaire como el del señor que me había precedido. Y le digo, pero “vamos, qué tiene que ver la matrícula de mi coche con reciclar residuos. Para qué quiere una empresa privada todos estos datos personales”. Taché todo lo que había rellenado y el empleado, circunspecto, me dice “lo siento, pero no puedo recogerle nada”.

El sábado, en cinco minutos, nos dimos la vuelta dos, pero sospecho que vamos a ser muchísimos más. Entiendo que se recaben datos con fines estadísticos, pero tiene algún sentido poner a un policía municipal en cada contenedor de la ciudad para que nos obligue a rellenar un formulario cuando bajamos cada día la basura ordinaria. Pues, tampoco lo tiene en el punto limpio, digo yo. Señor alcalde, si quiere que reciclemos, intervenga, por favor.

Justo Rubio Cobos

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