La ley Trans

El día 22 se votó en el Congreso la maldita ley Trans. En un alarde de maldad e inconsciencia, la ministra, de la que pensábamos que dirigía el ministerio de igual-da, por lo inútil que parecía, sólo el de su colega Garzón le supera en superfluo, escala vertiginosamente en el pódium de las personas que más daño habrán hecho a la sociedad española.

Una reforma inmisericorde de la Ley del Aborto que permite tomar esa decisión desde los 16 años sin conocimiento ni autorización de los padres. Suprime de facto la patria potestad. También elimina el período de reflexión de 3 días y lo más increíble, lo consagra como derecho.

España ya gastaba más de 10 veces en aborto que en ayuda a las madres embarazadas. Además establece listas obligatorias de médicos objetores.

Fue la del Sí es Sí que destapó las carencias legislativas del equipo del ministerio, que desoyendo los avisos de la posible disminución de las penas, unifica los delitos de abuso y agresión sexual, diluye la presunción de inocencia y califica como agresión cualquier relación si no ha sido explícito y manifiesto el consentimiento. La ministra no admite el error, aunque ya han visto disminuir sus condenas 118 delincuentes sexuales.

El día 22 se consumó que desde los 12 años los niños puedan autopercibirse como niñas y no se podrán tratar psiquiátricamente ni psicológicamente. Pasarán directamente a psicólogos de resignación que podrán recetar hormonas de bloqueo de la pubertad sin el consentimiento de los padres y podrán terminar con cirugía de cambio de sexo. Una carnicería.

Por supuesto nada de esto tendría lugar sin el consentimiento de Pedro Sánchez. Un presidente mentiroso y soberbio como ningún otro. Las cualidades más características del demonio.

(*) Diputado de Vox por Zamora

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