Gobernanza del agua: tiempo de respuestas

Solo tomando “conciencia de recurso público” se puede impulsar y favorecer nuestro desarrollo económico, social y medioambiental

CRECIDA RIO DUERO

CRECIDA RIO DUERO / EMILIO FRAILE

Jesús García de León

Jesús García de León

Hace tiempo Paco Villaverde me dijo que era “joven para muchas cosas y mayor para casi todo”. La primera parte del aserto, lo de “ser joven”, fue la misma respuesta que IU ofreció al PSOE, que le cuestionó la forma en que ha decidido gobernar el agua de Zamora.

Calificando a Gago de “joven”, en realidad venía el alcalde Guarido a afearle “ser mayor”, justificando así su aprobación a una Memoria que él había encomendado a una empresa privada, PWACS, con el largo título de “Estudio de alternativas para determinar el modelo de gestión más eficiente y sostenible del ciclo integral del agua en Zamora”.

Para entenderlo mejor, conviene recordar que el agua de Zamora también es “mayor”, además de un servicio que nunca ha sido gestionado integralmente por la misma empresa concesionaria, existiendo por ello dos contratos municipales, ambos caducados: de abastecimiento de agua (concesionado desde hace más de 50 años, hasta legar a la actual Aquona Gestión de aguas de Castilla SAU) y de Saneamiento (alcantarillado y depuración, adjudicado en 2004 a la UTE Saneamiento Zamora, con participación de la local Arcebansa, SA, que cedió su 50% en 2017 a la empresa Cesmed Ambiental, SL, estando reclamada la UTE por importe de 1.071.970 € en fase de liquidación del contrato).

Ambas concesionarias suman una plantilla de 66 trabajadores (44 en abastecimiento y 22 en saneamiento), que suponen un coste empresarial anual de 2,5 € (el 40% de los ingresos de explotación), según la Memoria privada encomendada.

Producir energía local a partir del agua tratada, como ya hacen otros municipios o conectar ecológicamente el Duero urbano con nuestros espacios verdes, son solo algunos ejemplos de orientarse a la innovación pública, de “hacerse mayor” y promover cambio

Asimismo, conviene subrayar que tal memoria privada es resultado de la encomienda previa de alcaldía a una “Comisión de estudio” integrada por 6 técnicos municipales. Y que, a su vez, tal estudio se subcontrató (vía contrato menor de servicios) a la empresa citada, PWACS. Empresa privada que, finalmente, ha justificado la inviabilidad de que el agua se gestione pública y directamente en cualquier modalidad, pues concluye que la mejor opción para Zamora es la gestión indirecta, esto es, entregando el contrato a un operador privado, en régimen de monopolio, mediante concesión de servicio.

Así las cosas, llegados al pleno municipal de noviembre, haciendo suya la memoria privada, IU ha hecho desmemoria de lo público, que al fin y al cabo era lo que interpelaba Gago a Guarido, sin hallar respuestas en la inercia de su gobierno y sin proponer un debate sectario acerca de la internalización o no de los servicios municipales, precisamente por conocer que ni todo lo que hace el sector privado es malo ni toda la gestión del sector público es buena, a pesar de la inmemorial prestación en régimen privado.

Más allá de debatir que la Memoria no analiza la realidad completamente, ni acredita la prestación del “ciclo integral del agua” por una empresa privada, y más cerca del cuestionamiento que puede y debe hacerse al análisis de datos limitados que presenta (población abastecida, rendimiento del sistema o inversión, etc.), lo más importante es que el pleno de todos los zamoranos no dispone de información relevante y suficiente para tomar una decisión responsable, ni en aquel sentido ni en el contrario. Y ello porque, además, el equipo de gobierno carece de una visión de ciudad ajustada a sus recursos.

En realidad, tener en cuenta los recursos públicos locales es trabajar en mejorar sus posibilidades de gestión, abordando su gobernanza a través de un modelo que supere el actual, asentando unas bases de apoyo firme para nuestra necesitada ciudad. Es pensarla como referente en gestión integral y sostenible de sus recursos naturales e infraestructuras, con la importancia vital que para Zamora debe tener el agua, por hacerse en nuestra tierra el Duero mayor, columna vertebral de Castilla y León.

La experiencia de otras ciudades defiende la gestión pública del ciclo integral del agua con base en que la gestión pública es una invitación a construir un proyecto común, a la unión y al compromiso. “Gobernar públicamente el agua”, en el marco de nuestra economía local, es una tendencia aglutinadora y socializadora que permite mejorar la convivencia, al tiempo que facilita y promueve la actividad económica y el empleo local. Principalmente, favorece la credibilidad de una “ciudad industrial”, tanto en los sectores especiales y de economía circular (agua y energía), como en todos los sectores clave de la economía local (agroalimentación, construcción, turismo, cultura o comercio), por su efecto tractor.

“Gobernar públicamente el agua” tiene la vocación de sumar esfuerzos entre todos los agentes implicados (ciudadanos, operadores privados, expertos, gestores públicos, etc.) para lograr compromiso colectivo; motivo por el cual la “eficacia sostenible” de un gobierno municipal no puede ser la de enterrar por más años, tras una Memoria privada, otras opciones de transformación social. Solo tomando “conciencia de recurso público” se puede impulsar y favorecer nuestro desarrollo económico, social y medioambiental.

Elaborar una Agenda Urbana y Rural de políticas públicas útiles a las personas y al empleo. Integrar en ellas a nuestro alfoz –que aconseja constituirse con rapidez en consorcio público– para gestionar la infraestructura hidráulica común, proyectar inversiones o captar sin demora ayudas Perte en torno al agua (digitalización de contadores; control de usos; vertidos; etc.). Producir energía local a partir del agua tratada, como ya hacen otros municipios. O conectar ecológicamente el Duero urbano con nuestros espacios verdes, son solo algunos ejemplos de orientarse a la innovación pública, de “hacerse mayor” y promover cambio, para que todos se detengan a “oír tu eterna estrofa de agua”.

(*) Abogado

Suscríbete para seguir leyendo