La juventud de Zamora, clave para su evolución económica y social

Jóvenes estudiantes de Mecatrónica en Zamora.

Jóvenes estudiantes de Mecatrónica en Zamora. / ANA BURRIEZA

Editorial

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En la misma semana en la que se ponen en práctica las medidas aprobadas por el Gobierno para aliviar la carga económica de la inflación, el informe de Cáritas replica con la situación extrema que vive una amplia capa de la población zamorana, la de los jubilados. Hasta 800 pensionistas de la provincia recurren a la organización de la Iglesia Católica para poder pagar los gastos ordinarios que incluyen alimentación básica y facturas de consumo energético.

A quienes ocupan el otro platillo de la balanza demográfica, los jóvenes en edad de trabajar, las cosas tampoco parecen irles mejor. Uno de cada cinco jóvenes zamoranos con un puesto de trabajo, no hablamos ya de los desempleados, se encuentra en el umbral de la pobreza y al borde de la exclusión social, según el informe del Consejo de la Juventud de España. Es la consecuencia de las pésimas condiciones laborales que motivan la cada vez más tardía emancipación del hogar familiar. Y todo ello tiene derivadas catastróficas que van más allá de los aspectos económico y demográfico.

Las generaciones nacidas a finales del siglo XXI viven en plena y frustrante contradicción. Son las que se encuentran con mejor preparación, en comparación con las generaciones anteriores, para desarrollar plenamente su función en la sociedad. Pero se encuentran que, en contrapartida a esa formación y cualificación profesionales, el mercado laboral los relega y los condena. Más del 90% ocupaba contratos de carácter temporal antes de la última reforma. En la actualidad son también los que, con mayor frecuencia, ocupan puestos a media jornada, de mayor rotación y con salarios que les impiden la incorporación como ciudadanos de pleno derecho.

Las generaciones nacidas a finales del siglo XXI viven en plena y frustrante contradicción: se encuentran con mejor preparación, en comparación con las generaciones anteriores, pero el mercado laboral los relega y los condena

La tasa de emancipación de personas entre los 16 y los 29 años de edad se mantiene a la baja de manera sostenida desde finales de 2017 y contar con un empleo no garantiza la independencia de los jóvenes en comunidades como Castilla y León o provincias como Zamora. Los jóvenes asalariados deben destinar más de la mitad de los sueldos a vivienda en alquiler y otro tanto en el hipotético caso de que sueñen con una vivienda en propiedad. Sueño, sí, porque es también el colectivo más afectado por la movilidad o, directamente, la emigración de su tierra de origen.

La situación se ha agravado con la pandemia. El Covid-19 ha perjudicado a los jóvenes más que a ningún otro grupo de edad en términos laborales y ha provocado que la proporción del grupo de edad entre los 15 a 24 años que ni trabajan ni estudian haya sido la más alta de los últimos quince años. En estas condiciones, la emancipación se va retrasando hasta que los jóvenes alcanzan casi la treintena.

La tendencia pone en peligro real el relevo generacional, se palpa ya en sectores como el campo y tiene en jaque al ya tocado sistema de pensiones. Las políticas públicas están obligadas a reorganizar el modelo antes de que la ruptura del sistema social sea un hecho irreversible.

El escenario se presenta absolutamente retador, porque los cambios son de largo alcance y se aprecian ya en todas las etapas de la vida. La escuela o la universidad, el empleo y el entorno social, ya no desempeñan la misma función integradora de antaño. Se llega así a la que los sociólogos denominan la “juvenilización de la sociedad”, algo detectado desde principios de este siglo XXI a través de estudios del Consejo Económico y Social. Dicho estudio, con participación de expertos zamoranos, advierte de que, frente a lo que ocurría en el XX, se está propiciando el regreso a un sistema de estratificación social, donde la familia de procedencia influye sobremanera en la condición social futura de las personas jóvenes.

El sistema educativo pierde capacidad para promover la igualdad de oportunidades y en el sistema laboral también se van limitando las posibilidades de ascenso social

De esta manera, el peso principal del cambio social vuelve a transferirse a las familias, que determinan cada vez más las posiciones sociales. Eso significa que el sistema educativo está perdiendo progresivamente capacidad para promover la igualdad de oportunidades y en el sistema laboral también se van limitando las posibilidades de ascenso social. Ni siquiera los estudios universitarios, el deseo de cualquier padre de la generación anterior para garantizar la prosperidad de sus hijos, funciona ya como “ascensor social”.

Con semejante escenario, alimentado por las crisis sociales y económicas con las que encaramos 2023, urge el establecimiento de políticas que faciliten la emancipación juvenil por parte de instituciones públicas y privadas. Sobre todo, en territorios donde los jóvenes se ven obligados a buscar oportunidades que ya se les escapan hasta fuera de las fronteras provinciales, como es el caso de Zamora.

De la necesidad existente de esa ayuda puede dar una idea las solicitudes recibidas en la reciente convocatoria para las ayudas al alquiler de viviendas para jóvenes en la comunidad castellanoleonesa: más de 14.000 solicitudes, 613 de ellas en Zamora. La Junta de Castilla y León presentó el pasado año un ambicioso plan que tiene como objetivos principales, el acceso al empleo, la formación, la emancipación y la participación de los jóvenes en la vida pública. Otras entidades disponen de programas que debieran coordinarse para establecer un plan de acción transversal y que abarque todos los aspectos necesarios para promover la independencia de los jóvenes y, con ella, la madurez de la sociedad.

El proceso actual se parece más a un autosabotaje estúpido que infantiliza a la ciudadanía y que priva a su conjunto no solo del talento, sino de la capacidad para aportar y cambiar las cosas, lo que siempre se asumió como principal seña de identidad de la juventud.

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