Zamoreando

El botín perdido

En política, a los que roban, habría que inhabilitarlos de por vida

Archivo - El ex presidente de la Junta José Antonio Griñán en la Audiencia de Sevilla

Archivo - El ex presidente de la Junta José Antonio Griñán en la Audiencia de Sevilla / MARÍA JOSÉ LÓPEZ-EUROPA PRESS - Archivo

Carmen Ferreras

Carmen Ferreras

La rapiña que un sector importante de la autoexcluyente clase política ha hecho de los caudales públicos invita a pensar que bien se podría prescindir de todos sus ejercientes de ambos sexos, para así evitarnos tantos bochornos. El deseo de la mayoría ciudadana siempre es el mismo, el que la haga que la pague y, lo principal, que devuelvan el botín conseguido. Esto último es misión harto difícil.

Ejemplos hay a barullo, el más flagrante, el más vergonzoso, el más cuantioso es, sin duda, el de los ERE de Andalucía. Pues bien, recuperar el dinero que se malversó en el fraude de los ERE está resultando una misión imposible que, de momento, sigue dos vías complementarias, por un lado: la Audiencia de Sevilla y, por otro, el Tribunal de Cuentas. Este último tribunal debe determinar las responsabilidades contables e iniciar expedientes para el reintegro del dinero mal empleado que fue tanto.

Y, ¿dónde está ese dinero? ¿Dónde están las ayudas desviadas que rondan los 150 millones de euros? Aunque parezca una barbaridad de dinero, que lo es, la cifra está lejos de los 679 millones de euros que, según ha ratificado el Tribunal Supremo, se habrían utilizado ilegalmente. No me cabe duda que su recuperación reduciría el daño causado a las arcas públicas. Lamentablemente está costando recuperar la ‘pasta’. Del botín perdido y no hallado de los ERE, sólo se han recuperado 23 insuficientes millones, a sabiendas de que el saqueo fue como ya he dicho, de 679 millones de nada. Calderilla para esta gente acostumbrada a meter la mano en la caja común.

Con alegar ahora que los hechos han prescrito, son muchos los sinvergüenzas que se van a ir de rositas. A otros los van a ayudar desde el Gobierno. Igual que se va a derogar el delito de sedición, si un milagro no lo remedia, se puede potenciar el beneficio del indulto para ser generoso con el amigo y correligionario. Los que rapiñan apelan a aquello de “Santa Rita, Rita, lo que se roba ya no se quita” si se me permite la licencia para transformar el conocido refrán.

El Gobierno andaluz hace lo que puede y ya ha recuperado unos 21 millones de euros a través de diferentes vías y reclamaciones gestionadas por el Tribunal de Cuentas. Repito, la calderilla. El momio verdadero vaya usted a saber dónde está. En política, a los que roban, a los que mienten, a los que defraudan, a los que prevarican, a los que trafican con las influencias, a los listos, a los frescos, habría que inhabilitarlos de por vida. Y cárcel segura, en tanto en cuanto no devuelvan lo rapiñado.

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