Platón

VARIAS PERSONAS EN UN COLEGIO ELECTORAL

VARIAS PERSONAS EN UN COLEGIO ELECTORAL / EMILIO FRAILE

Cartas de los lectores

Cartas de los lectores

¿Para qué sirve la Historia de la Filosofía? Para muchas cosas, entre ellas para saber lo que está sucediendo en España.

Hace 25 siglos que el filósofo “Platón decidió consagrar su vida a la filosofía con el fin de reformar radicalmente la corrompida sociedad democrática ateniense”, que se descomponía, como se puso de manifiesto condenando a su amigo y maestro Sócrates. Porque filósofo es el que toma conciencia crítica de su tiempo, no lo olvidemos.

Para Sócrates y Platón, la relativización de todo, como enseñaban los sofistas, incluidas las leyes, conduce a la imposición de la propia opinión mediante el dominio del arte de la persuasión de la palabra, independientemente de que la opinión sea verdadera o no, y nos lleva a la imposición del más fuerte.

Para los sofistas, contemporáneos de Sócrates y Platón, no hay discurso verdadero, tan solo convenciones, artificio. De lo que se trata es de presentar el discurso más brillante, mejor construido y en el momento más oportuno para ganarse el elogio y la opinión favorable. La retórica será el arte de la persuasión y del dominio de los hombres (Georgias). Los sofistas se dedicaron a enseñar a los jóvenes atenienses, que podían dedicarse a la política en la primeriza democracia ateniense, el uso adecuado de la palabra: elocuencia, oratoria, retórica,… para alcanzar el poder y mantenerse en él. La moral para los sofistas, como todo lo demás, es muy relativa. No hay nada justo ni injusto en sí mismo para conseguir el bien que se propone. El buen resultado justifica los medios utilizados. Más que a servir al Estado, enseñaban a emplear sus medios para el servicio de los intereses particulares, utilizando para ello el arte de mover los sentimientos y las pasiones.

Platón, que conoció y analizó la primera democracia en el mundo, la ateniense, la fustiga con sus más finas ironías, aunque no lo hace contra el pueblo en sí mismo, sino contra los demagogos que lo arrastraban en los vaivenes de sus ambiciones, “manto abigarrado de todos los colores” (República 557c). Para él, todos se consideran capaces para regir la polis (el Estado) y de ordinario los cargos recaen en los menos dignos y preparados.

¿Podemos dejar de ser esclavos en la caverna y salir fuera para vivir en libertad? Sí, liberándonos mediante la razón de lo aparente, buscando la verdad, la justicia y el bien, y participando en las elecciones democráticas

Los atenienses entonces no fueron capaces de ver lo que en realidad sucedía, ni ahora nosotros tampoco somos capaces de percibirlo. Continuamos en la caverna platónica, atrapados por el poder despótico actual y quienes lo sustentan, que nos proyectan las 24 horas del día imágenes a su medida y conveniencia, pudiendo paradójicamente al mismo tiempo estar encadenados y elegir la cadena para verlas, desde la 1 hasta la sexta, incluso más; podemos, ¡ay podemos!, ser oyentes de una inmensa demagogia y leer de vez en cuando lo que sucede en este país, todo esto sin salir de la caverna.

Y, ¿podemos dejar de ser esclavos en la caverna y salir fuera para vivir en libertad? Sí, liberándonos mediante la razón de lo aparente, buscando la verdad, la justicia y el bien, y participando en las elecciones democráticas cuando se convoquen; que será cuando a los sofistas actuales les interese.

Ante la grave situación actual, pues no hay nada más terrible que la obsesión por el poder a cualquier precio, cabe la firme decisión ciudadana de defender el Estado Democrático de Derecho, nuestra mejor Constitución, la del 78 y, además, elegir en las urnas, racional y responsablemente, a quienes deben de representar el interés general del pueblo (demos).

Antonio Gómez Gangoso Prado (Zamora)

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