La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Donaciano Bartolomé

Identidades zamoranas

Donaciano Bartolomé

Personas que hacen grande Zamora

Iconos para nuestro tiempo, ejemplos a seguir y admirar

Una joven acompaña a una persona mayor JOSÉ MIGUEL VIGARA. VALÈNCIA| CEDIDA

Cuando autoridades y empresarios acuden en nombre de Zamora y representando a la misma a ferias internacionales y nacionales, quieren mostrar a la sociedad, identidades y peculiaridades zamoranas, para interesar a los visitantes, fomentar la admiración por esta tierra y deseos de conocerla, invertir. Para ello, presentan normalmente productos típicos, propios, singulares, de valor. Productos como pimientos, vinos, setas, miel, carnes y un largo etcétera se producen estas tierras en grado de excelencia. A veces, también publicitan monumentos como el mucho y buen arte románico, los tapices o el museo de Semana Santa. Rara vez lo hacen con personas del pasado o vivientes que han brillado por su excelencia y profesionalidad en los amplios mundos del saber, la poesía, la investigación. Y tal vez las entidades organizadoras podrían pensar en mostrar en estos lugares, tan concurridos, mesas redondas, breves biografías o intervenciones de personas meritorias que han cambiado o transforman el mundo, señeras y ejemplares en su actuar. Y Zamora es rica y abundante en ellas.

En el pequeño pueblo de Castronuevo de los Arcos, no lejos de Mezdebarbán donde se produce artesanalmente uno de los más sabrosos chocolates del mundo, vive un dentista que responde al nombre de Manuel Bratos Morillo. Es el quinto de una saga de médicos que une dos ramas de excelentes profesionales los Bobo y los Bratos. Acudí a su clínica en Madrid guiado por su fama, profesional y humana y por ser de Zamora. No era la primera vez que frecuentaba estos lugares. Puedo hablar y escribir de experiencia y en este caso ha sido la mejor clínica por las razones que luego referencio y que constituyen un orgullo familiar, de Zamora y un ejemplo a seguir.

Un elenco de personas de la Zamora rural, llena de talentos, esforzados estudiantes que saliendo de sus pueblos sin comodidades, ni lujos, ni muchas posibilidades aprendieron muy apronto a administrar bien el tiempo y el talento

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El legado de un padre de nuestra tierra, de su formación y educación de los hijos en él es una prueba más de nuestro bien y buen hacer. El se jubiló y volvió a su pueblo Castronuevo . Ahora la dirige el quinto de la saga, el doctor Manuel Bratos Bobo que, entre otras cosas cada año tiene que viajar a los Estados Unidos a la Universidad Washington, en la ciudad de Seattle, para impartir docencia y práctica. Muy celebrado y reconocido en los ámbitos científicos por sus publicaciones internacionales. Su padre y madre, los fundadores escribieron lo siguiente: 40 años de ciencia y excelencia. Las generaciones pasan al tiempo que caen las hojas de nuestro árbol genealógico. El verdadero legado que he transmitido ha sido los valores éticos, científicos y vivenciales que me han caracterizado y que perduran en mis hijos.

El ejemplo y la educación esmerada les han proporcionado conocimientos para llevar a cabo las acciones que posibiliten cumplir metas y sueños con esfuerzo, perseverancia, trabajo y superación profesional. Transfiero 40 años de intenso trabajo profesional, orgulloso de constatar que he sido superado por ellos en todos los ámbitos. Vislumbro un horizonte prometedor de progreso y estilo profesional. Y en el cuadro figuran los siguientes nombres: Florentino Bobo, nacido en 1851, sirvió como médico en rural en los pueblos de Belver de los Montes, Castronuevo, Pobladura en carro, a lomos de caballos y burros con nieve, agua, barro y granizo. Eran entonces, los médicos, la esperanza de los pueblos. También ahora lo siguen siendo. Miremos las reacciones de la gente cuando son pocos. Heliodoro Bobo (1854). médico estomatólogo también en nuestra tierra; Isaías Bobo (1912 ) y Manuel Bratos Morillo, estomatólogo, fundador de la Sociedad Española de Odontoestomatología para Pacientes con Necesidades Especiales (SEOEANC) y creador de la clínica con Paloma Bobo, su esposa, doblemente licenciada en Filosofía y Letras en Psicología Clínica y al final el hijo de ambos, Manuel Bratos Bobo. Un elenco de personas de la Zamora rural, llena de talentos, esforzados estudiantes que saliendo de sus pueblos sin comodidades, ni lujos, ni muchas posibilidades aprendieron muy apronto a administrar bien el tiempo y el talento.

Con el sacrificio de unos padres empezaron a abrir un surco de bien hacer, profesionalidad, superación, hasta llegar a sentar cátedra en los Estados Unidos y convertir su trabajo en hitos de ejemplaridad por su saber, inquietud, trabajo, humanismo. Es la Zamora que se prolonga donde quiera que se ponen a demostrar lo que saben hacer. Son iconos para nuestro tiempo, ejemplos a seguir y admirar.

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