La Opinión de Zamora

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Antonio Gallego

Liz Truss, la breve

Quiso parecerse a Margaret Thatcher o Donald Reagan y no quiso ver la realidad del mundo actual

Liz Truss anuncia su dimisión. ANDY RAIN

Ya casi todo el mundo conoce la historia de su dimisión y las claves que la han provocado. Mrs.Truss llegó al poder con un cambio de modelo económico radical, basado en el dogma neoliberal, con una bajada de impuestos masiva, pero los mercados, instituciones internacionales y sus propios colegas de partido le han obligado a desistir.

El propio Fondo Monetario Internacional, de tendencia liberal, declaró. “Dada la elevada presión inflacionista en muchos países, incluido Reino Unido, no recomendamos grandes paquetes de recortes fiscales en esta situación, ya que es importante que la política fiscal no vaya en contra de la política monetaria. Además, la naturaleza de las medidas británicas probablemente aumentará la desigualdad”.

Bueno, yo creo que al resumen del inicio del comentario le faltan matizaciones importantes como son las siguientes: muchos miembros del partido conservador que la apoyaron conocían este programa y ahora se esconden; por otra parte, además del comportamiento de los mercados que lo interpretaron como absurdo y sus consecuencias se vieron enseguida, muchísimos ciudadanos del Reino Unido, principalmente las clases medias y más necesitadas, consideraron que era una amenaza para su ya difícil futuro de supervivencia. No son solo la Sra. Truss ni sus ministros quienes han causado este desastre, son los tories colectivamente.

La derecha piensa que a los ciudadanos le gusta escuchar la música de la bajada de impuestos y esos mismos ciudadanos, a la vez, se quejan de que quieren mejor sanidad, educación y mejores estructuras públicas

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Resulta asombroso cómo un partido político con tanta tradición en el gobierno del país no vio una realidad tan evidente. Los dos largos años de pandemia que se han sufrido en casi todo el mundo seguido de las consecuencias que ha creado la guerra de Ucrania son tan duras, han dañado y están dañando tanto a la sociedad y sus servicios sanitarios y sociales, que una bajada de impuestos, que además favorecía a las clases más pudientes, sonaba a burla o desprecio para la mayoría de los ciudadanos del país. Esta señora quiso parecerse a Margaret Thatcher o Donald Reagan y no quiso ver la realidad del mundo en estos momentos. ¿Puede un político y su partido ser tan incompetentes?

La derecha piensa que a los ciudadanos le gusta escuchar la música de la bajada de impuestos y esos mismos ciudadanos, a la vez, se quejan de que quieren mejor sanidad, educación y mejores estructuras públicas. Cuando hay problemas siempre se pide urgentemente la protección del papá Estado. En un programa de televisión emitido hace pocos días se preguntaba al público que pasaba por una calle de Madrid sobre si en España se pagaban muchos impuestos, y algún entendidillo, con tono muy mitinero y seguridad absoluta, decía que aquí se pagan más impuestos que en Europa y se quedaba tan tranquilo cuando se sabe desde hace años que esto no es verdad. La mentira se ha convertido en un elemento dialectico que se emplea sin rubor.

La mala política de la mano del partido conservador británico desde la época del referéndum del Brexit está hundiendo continuamente a una Inglaterra que se separó de Europa por la añoranza de su viejo sentimiento imperial y se está quedando en la soledad, decrepitud y ridículo internacional.

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