El mapa del transporte gasístico en España y Portugal, con el proyecto de conexión con Zamora, que publicaba ayer este periódico, es un magnífico resumen o, más bien, un adelanto del futuro de estas tierras. Es muy importante que lo consulten y que lo guarden en la hemeroteca de su memoria porque, en el caso de que los pronósticos se cumplan, Zamora se convertiría en un punto clave para el transporte de la energía que, según dicen los expertos, moverá al mundo en las próximas décadas: el hidrógeno verde, una de las alternativas para reducir las emisiones y cuidar nuestro planeta. Repito una vez más: consulten el mapa sobre fondo azul, localicen a Zamora, observen las ramificaciones (hacia el norte y el este de la Península Ibérica) y, ya de paso, imaginen el impacto que puede tener sobre la economía y el empleo en esta provincia, tan necesitada de proyectos e iniciativas innovadoras. Pues bien, ¿qué sucederá si, como en otras ocasiones, creemos que con tener las infraestructuras ya hemos hecho los deberes? Me explico.
¿Qué sucederá si, como en otras ocasiones, creemos que con tener las infraestructuras ya hemos hecho los deberes?
Si echan la vista atrás y regresan a los años ochenta y noventa del siglo pasado, ¿no recuerdan lo que entonces se decía, se escribía, se exponía en foros, jornadas, congresos y conferencias y se demandaba en las calles sobre la necesidad de que Zamora tuviera autovías y trenes de alta velocidad? ¿Lo recuerdan? Seguro que sí. No obstante, si alguien anda escaso de memoria, estas cosas y muchas más están documentadas en mi libro “Voces desde el oeste. Una radiografía provocadora de Zamora y sus gentes”, publicado en 2002. Pues bien, entonces se sostenía que las autovías eran imprescindibles y que iban a cambiar la fisonomía del desarrollo en esta provincia. Fíjense que en los inicios del siglo XXI el número de kilómetros de autovías en esta provincia por kilómetro cuadrado de superficie era superior que la media de España. Sí, sí, aunque no lo crean, entonces ya teníamos y en la actualidad seguimos teniendo más kilómetros de autovías que la media nacional. ¿Y cuál ha sido el efecto sobre el desarrollo de estas tierras?
En los inicios del siglo XXI el número de kilómetros de autovías en esta provincia por kilómetro cuadrado de superficie era superior que la media de España. ¿Y cuál ha sido el efecto sobre el desarrollo de estas tierras?
Y lo mismo podríamos escribir sobre los efectos del AVE, mucho más reciente en nuestras vidas pero con similares esperanzas que cuando las autovías no cruzaban esta provincia: ¡nos sacarán de pobres!, se decía. Pues bien, ahora que ya lo tenemos, cabría suponer que el desarrollo en Zamora despuntará a la misma velocidad que los trenes que entran por la Guareña, pasan por Zamora, Tábara y La Carballeda y salen por la Alta Sanabria, camino de Galicia, a toda pastilla. ¿O tal vez las cosas son algo más complejas? Créanme: lo son. Y los hechos están ahí no solo para demostrarlo sino para sacar lecciones y aprendizajes, que de eso se trata. Entonces, si regresamos al inicio de esta columna, podemos imaginar que el futuro de Zamora dependerá en gran medida de que somos un punto estratégico en la futura conexión gasística con Portugal y Europa. Genial y que nuestros ojos lo vean. Pero ahora viene un “pero”: cuando la nueva autopista gasística cruce la provincia, ¿nos quedamos con los brazos cruzados o se les ocurre algo más?
