Tenemos que aceptar, como una imposición social, que a las diferentes etapas de la vida se las denomine de una determinada manera, lo que no significa más que eso, una denominación, porque hablar de infancia, de adolescencia, de juventud, y de vejez son solo tratamientos genéricos que nada tienen que ver con la realidad de cada persona.

Se puede ser viejo de espíritu y joven de dad, y a la inversa, pero el resultado es siempre el mismo porque siempre depende de la actitud que se tenga en las diferentes etapas de la vida.

El paso de los años es solo una cuestión cronológica natural e inevitable, y cada uno lo vive a su manera, aunque la sociedad se empeñe machaconamente en clasificarnos por edades. Per por mucho que las costumbres y convencionalismos impongan sus reglas, está en cada uno de nosotros decidir si pasamos por la vida cumpliendo años o cumpliendo vida, y si nos inclinamos por lo segundo lo de la edad pasará a un segundo plano, mientras el cuerpo aguante.

Enrique Stuyck Romá