La Real Cofradía del Santo Entierro y la Banda de Guerra del Regimiento de Especialidades de Ingenieros, nº 11, forman un tándem perfecto más allá de la tarde del Viernes Santo, cuando acompañan el paso de “La Lanzada”. Quedó demostrado una vez más, el pasado sábado en esa convocatoria que bajo el título “De la Cruz al Sepulcro”, abarrotó el Teatro Ramos Carrión, en un concierto inolvidable. En un concierto que ya forma parte de la pequeña historia de la Cofradía que preside con acierto, Ricardo Alonso Galán. Cuanta finura, cuanta elegancia, cuanta cercanía, amabilidad y buen gusto concentra Ricardo en su persona.
Cualidades y calidades que puso de manifiesto en las palabras con las que se cerró el Concierto que animo a repetir todos los años, con formatos diferentes. “A través de este acto sencillo pero cercano, cargado de sentimientos y emociones que nos permiten sumergirnos en los momentos y sonidos de la tarde del Viernes Santo, hemos pretendido rendir nuestro pequeño homenaje al conjunto de bandas de Música que acuden año tras año a nuestra querida procesión…” Y en verdad que lo lograron.
De verdad que fueron muchas las emociones a flor de piel. Con cada grupo escultórico, la cofradía es rica en imaginería, con cada sonido, con el blanco y negro del recuerdo que fue un acierto digno de agradecer y que a todos los asistentes nos puso el corazón a cien. Ricardo sabe rodearse de hermosa gente. Todos cuantos contribuyeron a realzar el magnífico audiovisual de Oscar Antón, Víctor Garrido, el siempre genial Antonio Crespo y un imprescindible en la cofradía, José Luis González, el mejor relaciones públicas y siempre un valor en alza por su cordialidad y simpatía.
La Banda de Guerra que dirige el cabo Alejandro Fernández Alonso, dio un recital de buen hacer musical digno de encomio. Es lo que tiene el Ejército de Tierra, haga lo que haga, lo hace bien. Cuánto ha crecido en calidad esta Banda que será todo lo de Guerra que su nombre indica, pero que toca notas de paz que suenan a música celestial. En este caso a marchas procesionales entre las que no podía faltar el “Perdónalos”, de mi querido maestro David Rivas.
El concierto del sábado fue un acierto más de la Real Cofradía del Santo Entierro. En sus palabras de gratitud, Ricardo Alonso no dejó nada al albur. Sus palabras fueron un homenaje constante a todos y a tantos, publico incluido, que coronó con una larga y cerrada ovación, aplausos sólo al final, el trabajo bien hecho de un verdadero equipo que ayudó a dar realce a la música de una banda excepcional. La Banda del REI, nº 11.
