La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

Caros productos de abrigo

Comprar ahora ropa de cama supone el doble y hasta el triple con respecto a inviernos anteriores

Una mujer cambia una cama David Zorrakino

Nos espera un invierno de campanillas. Que se prolongue el buen tiempo todo lo necesario para evitar lo que nos anuncian por doquier para prevenirnos, para avisarnos de que la que nos espera es gorda. Repito lo que vengo oyendo decir a expertos, a la UE y a los distinguidos miembros del Gobierno de España. Cuando el frío arrecie, las calefacciones de todos los hogares, iniciarán su periplo que se prolongará hasta entrada la primavera, dependiendo de las condiciones meteorológicas.

Solo que este año se van a producir importantes diferencias con respecto a los anteriores. Son muchos los españoles que tienen claro que sus sistemas de calefacción no podrán funcionar a pleno rendimiento por culpa de los altos precios de la luz y el gas. A ver si a Putin le da un ‘parraque’ del que no pueda recuperarse, y lo del gas vuelve a la normalidad porque, nos está amargando la vida. Nos la amarga y nos la pone por las nubes.

La cesta de la compra es ahora un cestillo de lo más liviano, lleno de ofertas cuando se producen. Las ofertas de hoy son los precios normales de ayer. Nos engañan como si fuéramos bobicos y en nuestro afán por ahorrar tragamos carros y carretas. No sólo el cestillo de la compra está imposible. Con la ropa de abrigo se ha perpetrado un auténtico atraco. Y cuando hablo de ropa de abrigo no sólo me refiero al gabán que nos echamos por los hombros, al traje o a la gabardina, que también. Cuando hablo de ropa de abrigo me refiero a la de cama.

Un ejemplo nos va a sacar de dudas. El edredón que el pasado año costaba 90 euros, este año cuesta 198. No lo digo yo. Lo ha dicho la OCU que para eso se dedica a estos menesteres. Deseo de corazón que mis zamoranicos, todos, estén bien provistos de mantas y edredones. Porque, además, este año, en lugar de una manta, vamos a tener que poner dos y también el edredón si las cabañuelas se ponen tozudas.

Comprar ahora ropa de cama supone el doble y hasta el triple con respecto a inviernos anteriores. No obstante, la demanda de estos artículos ha aumentado un 47% a pesar de haber duplicado su precio, por lo tanto una alternativa poco efectiva. La demanda de guantes también se ha duplicado un 113% más que en el mismo periodo del pasado año. A lo que hay que añadir, las bolsas de agua caliente, los cojines térmicos y los gorros de invierno cuyo interés por parte de los consumidores ha aumentado un 53%. Y todo para no depender tanto de la calefacción del hogar

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