Pronunciar esta frase que forma parte de su himno, tal día como hoy, 12 de Octubre no deja lugar a duda alguna. Esa guarda fiel, leal, entregada, cercana, de España entera, no es otra que la Guardia Civil. Por cierto, ese himno que todos hemos cantado en más de una ocasión, que algunos se saben a medias, pero en el que siempre destaca el estribillo: “Instituto, gloria a ti, por tu honor quiero vivir…”, cumple 100 años, coreado por voces de todas las edades. Fue el 19 de diciembre de 1922 cuando los alumnos del colegio de guardias jóvenes, por algo nació como cántico escolar de los colegios del Cuerpo, cantaron por primera vez el himno en el antiguo “corralillo”
Lo curioso del caso es que la letra inicial, que no la definitiva obra del teniente coronel José Osuna Pineda, fue escrita por una monja, sor Asunción García Sierra, perteneciente a las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Y la música, obra por gracia del maestro Ildefonso Moreno Carrillo, músico mayor del Colegio de Guardias Jóvenes. Estimo que hoy, en el transcurso de la Santa Misa, don Fernando Valera, Obispo de Zamora, recordará el himno y a su autora primera. Al fin y al cabo no deja de ser curioso. La historia del himno es preciosa, como todo en la propia historia de la Guardia Civil.
Porque incluso en aquellos horribles años de plomo, la Guardia Civil dio un ejemplo claro y contundente de su valía, de su “vigor, firmeza y constancia”, bordando su blasón “con su sangre noble y fiera”. A lo largo de su larga historia la Guardia Civil ha hecho suya aquella frase pronunciada por el heroico Capitán Cortés en el asedio al Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza por tropas republicanas: “La Guardia Civil muere, pero no se rinde”. Me gusta recordarlo porque es una constante en la historia que a diario escribe la Guardia Civil.
Hoy, en el cuartel de Zamora, fiesta por todo lo alto. La siempre honrada Guardia Civil, honra a su excelsa Patrona la Virgen del Pilar. Con ese motivo el Teniente Coronel Jefe de la Comandancia, Héctor David Pulido García, a quien envío un fuerte abrazo con calor de manta zamorana, celebrará el tradicional acto castrense en la Plaza de la Marina Española, una vez terminada la Santa Misa. La Guardia Civil siempre cerca de los ciudadanos, a pie de calle.
Quiero, desde esta ventana de papel, enviar uno de esos abrazos míos, apretado y cálido, a todas las familias del Cuartel de Zamora y de todas las Casas Cuartel de la provincia. A los hombres y mujeres de la Comandancia. ¡Siempre a sus órdenes! Y a un gran amigo, el comandante Jesús González Tejada. Ojalá los ciudadanos de Zamora hiciéramos nuestros los ideales de la Guardia Civil. ¡Instituto, gloria a ti!
