La Opinión de Zamora

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Luis Miguel de Dios

Buena jera

Luis Miguel de Dios

No pasó (casi) nada

La explicación de Mañueco sobre los incendios nos dejó igual que estábamos antes

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, comparece a petición propia ante el pleno de las Cortes de Castilla y León para informar sobre la campaña contra incendios forestales 2022 Rubén Cacho

Comparecencia- estrella del presidente de la Junta en las Cortes regionales para hablar de los incendios que han calcinado este verano miles y miles de hectáreas en Castilla y León, la mayoría en Zamora. Interés, mucho, expectación, la máxima, ¿y?... Ante lo visto y oído en la sede del legislativo, en mi pueblo suelen decir eso de “para este viaje no hacían falta alforjas”. A mi juicio, nos quedamos como estábamos. Ninguna novedad importante. Ningún reconocimiento de errores, fallos o imprevisiones en el Operativo de la Consejería de Medio Ambiente. Ninguna aceptación de culpa. Todo funcionó según lo previsto. Se cumplieron a rajatabla los planes, los protocolos, las guías de actuación. Se alcanzó tal grado de perfección que no hubo ni una sola protesta de los agentes forestales, ni de los bomberos, ni de quienes vinieron a ayudarnos desde otras comunidades autónomas o desde el Ejército. Todos alabaron la organización y la comida que se les facilitaba, nada menos que de José Andrés, llegado expresamente a petición del vicepresidente Gallardo.

Ni siquiera se quejaron agricultores, ganaderos, apicultores y vecinos de los numerosos pueblos afectados. Fue tal su grado de satisfacción que quisieron ovacionar al señor Fernández Mañueco cuando pasó por Villanueva de Valrojo, pero no se dejó homenajear; tenía prisa por acudir a otros lugares que reclamaban su imprescindible presencia. Desde entonces no se le ha vuelto a ver por la zona. Y eso que, poco después de aquel episodio, se desató el fuego de Losacio, tan trágico como el anterior. Según el titular de Medio Ambiente, señor Suárez-Quiñones, esas visitas son un “paripé”, no sirven para nada, para estorbar y poco más. Si él lo dice…

Como allí pasó lo que pasó, pero, oficialmente, no sabemos qué paso, esperábamos la comparecencia de don Alfonso para enterarnos. ¿Y? Seguimos más o menos lo mismo, pero más cargado de bombo. Es decir, la triste historia de los incendios (Zamora, Ávila, Salamanca y un largo etc) ha entrado ya, si es que no lo estaba antes, en el apartado “político” y ahí ya no hay nada que hacer. Los míos me aplauden y respaldan; los otros me critican y sacuden. Tal sucedió en el pleno de las Cortes. Ni un atisbo de autocrítica, ni un punto de encuentro, puentes rotos y falta de propósito de la enmienda, al contrario de lo que nos exigía el Catecismo cuando íbamos a confesarnos.

-Perdón, perdón, ¿ha escrito usted falta de propósito de la enmienda?, pregunta, pero dando por hecha la respuesta, el señor Pradelino.

-Sí, claro, ahí lo pone, me obligo a responderle.

-Pues, se equivoca usted, porque el presidente de la Junta anunció un acuerdo para duplicar el presupuesto del Operativo, extenderlo al invierno para labores preventivas en los montes y pasar a fijos a cientos de trabajadores que, hasta ahora, eran solo discontinuos. ¿Ve usted como sí hay propósito de la enmienda? me acoquina el señor Pradelino en espera de que le dé la razón y reconozca mi laguna.

¿Por qué cambia la Junta su forma de operar si todo había funcionado correctamente, si no hay nada que reprocharle, si no cabían mejoras, si todas las protestas habían sido críticas interesadas?

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Y sí, le doy la razón, pero entonces me asaltan unas cuantas dudas: ¿por qué cambia la Junta su forma de operar si todo había funcionado correctamente, si no hay nada que reprocharle, si no cabían mejoras, si todas las protestas habían sido críticas interesadas? Tampoco el señor Mañueco nos aclaró estas dudas. Lo que anunció desde la tribuna de las Cortes, eso avances, fue lo que, meses atrás, su consejero de Medio Ambiente había calificado como “despilfarro” y “absurdo”. Pero, claro, lo que era despilfarro ahora es otra cosa. ¿Habrá tenido algo que ver la magnitud del drama, la repercusión nacional e internacional, la constatación, a través de hechos y declaraciones, de que el Operativo estaba a menos de a medias y no funcionó como tenía que haber funcionado? Hay quien cree que sí, que todo esto ha pesado en el cambio de opinión del presidente. En la Junta guardan silencio, como si ya no importara, como si las nuevas, y acertadas, medidas enterraran el pasado.

Medidas que, lógicamente, han sido bien recibidas, aunque haya faltado humildad para reconocer los errores cometidos. Lo que no falta es disposición para arrearle a Pedro Sánchez. Me sorprendió mucho la escasa asistencia a la manifestación convocada bajo el lema: ”El Gobierno seca la provincia”. Claro que más que manifestación parecía una asamblea de militantes del PP. La pancarta hubiera quedado completa si, demagogia por demagogia, hubiera puesto: “El Gobierno seca la provincia y la Junta la quema”. Creo yo que hubiera ido más gente.

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