Zamora de charanga y pandereta, / los “diputaos” salían / contra el gobierno que causa sequías / y que a los pueblos ribereños deja / sin agua y sin negocios que en su orilla / que instalaron sin más, y ahora se cierran.
Zamora de pancarta y de la idea, / a la calle salía / (mas sin los “diputaos” en compañía) / porque a los pueblos de Zamora dejan / sin médicos que curen las heridas / del cuerpo y alma, que está en cuarentena.
Que el vano ayer engendrará un mañana / como el de hoy, de vaciado duradero. / En la diputación de tarambanas / de derechas con hechuras de centro; / a la moda de ahora, pancartistas, / (alguno liberal por empresario) / De estilo caciquil y especialistas / en cobrar de lo público un salario.
Que el firme ayer va a engendrar un mañana / mejor que hoy, con el embalse lleno, / del agua que es de todos, agua clara, / que un gobierno expropió para Iberduero. / Mal estilo de empresa, y egoísta, / se apropió del embalse en solitario / pero a los portugueses no podrían / quitarle un bien tan básico y tan claro: / y por ello hasta Porto debería / llegar el Duero un río solidario.
Esa Zamora que quedó desierta, / vieja y honrada, sobria y tal vez triste; / esa Zamora vaciada que aún revive / cuando se digna a usar la cabeza
Esa Zamora que quedó desierta, / vieja y honrada, sobria y tal vez triste; / esa Zamora vaciada que aún revive / cuando se digna a usar la cabeza; / aún tendrá luengo parto de ladrones, / que utilizan del pueblo instituciones / y formas de luchar de otra manera.
La Zamora que trabaja en su tierra, / envejecida y luchadora, vive. / Pese a estar despoblada aún resiste / para pedir con razón la cabeza, / de quien como el consejero Quiñones, / sigue ciego negando las razones / de que se haya quemado la Culebra.
Y el dicho de porfía hidrológica / con otros diputados a su vera / brillará en la pancarta antilógica: / “El gobierno la provincia nos seca”.
Las pancartas que mueven la provincia / (doscientas veinte tras la pandemia) / gritaron que la sanidad moría / si el consultorio cerraba sus puertas. / (Como la sanidad es de la Junta / los “diputaos” huían de su vera).
El vano ayer engendrará un mañana / como el de hoy, de vacío verdadero, / dirigido por quienes, tarambanas, / como tahúres reparten el juego / político hoy, y de un mañana huero.
El firme ayer va engendrar un mañana / como el de hoy, de combate verdadero, / dirigido por pueblos que levantan / voz y pancarta para entrar en el juego / social de hoy, y de un mañana nuevo.
Como la náusea de políticos haítos / de éxito malo, corona la pancarta / la engañifa propia de señoritos: / estomagante el lema que está escrito, / para engañar al pueblo en su mañana.
De mentiras de los cargos haítos, / la revuelta de España vaciada, / en Zamora de nuevo ha decidido / reivindicar para que quede escrito: / que se quema la tierra despoblada.
Y por ello este sábado haítos / de vacuos lemas en falsas pancartas, / volveremos a leer lo que está escrito / en ese corazón que sigue vivo:
Que otra Zamora nace, / Zamora de la lucha y la pancarta, / con esa eterna pelea que se hace / de dignidad en las calles y plazas. / La Zamora amable y trabajadora, / Zamora que alborea, / pancarta en mano y llena la cabeza: “Zamora de la rabia y de la idea.”
(Como esa España que soñó Machado, en las tierras del Duero solidario).