La Opinión de Zamora

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Ángel Macias

El espejo de tinta

Ángel Macías

Gritan ¡libertad!

No nos lo cuentan mucho pero en Cuba como en Irán se juega su libertad y también la nuestra

Rally in Berlin following Mahsa Amini's death CLEMENS BILAN

Las mujeres iraníes se han puesto a la cabeza de la revolución contra la involución permanente de los ayatollahs medievales. El asesinato de la joven Mahsa Amini el pasado 16 de septiembre a manos y en una comisaría de la Policía de la Moral ha desencadenado la generalización de esperanzadoras protestas por todo el país. Su delito, no llevar bien puesto el velo que testimonia la opresión de un régimen teocrático, machista y denigrante. Un crimen más contra la libertad y la vida de los cientos que ejecuta cada día una policía cuya misión es actuar contra aquellas mujeres que no llevan velo, lo llevan mal puesto o incumplen cualquier otra norma sobre vestimenta.

En occidente mientras tanto, la mal entendida corrección política lleva a la Unión Europea a lanzar una campaña convirtiendo la sumisión del velo en signo de empoderamiento femenino como ejercicio de libertad

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De este nos hemos enterado porque una periodista valiente y comprometida, que lo está pagando en la cárcel, lo publicó en un periódico iraní y eso desató las protestas. Del resto de casos que a diario se producen apenas nos llega nada. Tampoco nos llega demasiada información -no interesa al consenso “progre” periodístico ni político- salvo por redes sociales, de las manifestaciones en que miles de mujeres se quitan los velos y los echan en las hogueras mientras arriesgan su vida y gritan pidiendo libertad.

En occidente mientras tanto, la mal entendida corrección política lleva a la Unión Europea a lanzar una campaña convirtiendo la sumisión del velo en signo de empoderamiento femenino como ejercicio de libertad. Como si no hubiera, agujereando el continente por mil sitios, barrios enteros en los que la ley islámica se aplica más que la de cada Estado, en los que la policía procura no entrar y en los que no se acude a la justicia sino a la mezquita del islamismo fanático para resolver las contiendas. Poco infierno tenemos para el que merecemos.

En Cuba los cubanos llevan tres días en la calle, valientes y decididos contra los comisarios políticos, contra las fuerzas represoras y matarifes de la satrapía comunista que lleva pisando sus cabezas bajo la bota militar y tiránica. La pasión liberticida del comunismo solo ha sido igualada sin excepción, allí donde se ha puesto en práctica el marxismo, por la inevitable debacle económica que el socialismo acarrea. Privados de todo, salvo de la alegría, el coraje y la dignidad individual de quienes no han querido convertirse en chivatos, tras casi setenta años de castrismo, un apagón eléctrico general en la isla ha sido la gota que ha colmado el vaso de la resignación de quienes no han podido huir aún.

Gritan libertad, mientras hacen retroceder a las fuerzas de la opresión, pero no será fácil. Otras veces ocurrió y el tirano, apellídese Castro, sea Fidel o Raúl, o como ahora intentará Díaz Canel, supo volver a enjaular a su pueblo ante la comprensión inicua de occidente y especialmente de buena parte de la intelectualidad pese a los testimonios vitales de Reinaldo Arenas, Lezama Lima, Cabrera Infante o Zoé Valdés. No nos lo cuentan mucho pero en Cuba como en Irán se juega su libertad y también la nuestra. Los hermanos cubanos y las mujeres iraníes son, hoy y ahora, lo mejor de este mundo global en cambio y transformación, aún no sabemos bien hacia dónde.

www.elespejodetinta.com

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