La Opinión de Zamora

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Al César lo que es del César

Fromago ha contribuido a que la ciudad haya reaprendido a socializar con el sector primario de la provincia, a sentirse orgullosa de sus gentes del rural

FERIA INTERNACIONAL DEL QUESO FROMAGO CHEESE EXPERIENCE. QUESOS. FERIA. EMILIO FRAILE

El palo para el político que lo hace rematadamente mal y la zanahoria para el que lo borda con una labor magistral: Fromago ha cosechado un éxito envidiable

En el año primero a.C. (antes del COVID) una vecina me regaló varias cajas llenas a rebosar de libros que encontró en el desván de casa. Hay adicciones que no se pueden ocultar, como los libros. Son harto visibles en la mano, uno de los bolsillos de la zamarra, la foto de perfil del WhatsApp y hasta en el asiento del copiloto de la C15.

Si coincide que voy de pastoreo por una tierra lindera de la Ruta 512, y me pitan desde algún coche a modo de saludo, pero no doy de mano, no es que sea una maleducada, es qué hay lecturas ante las que solo es posible levantar la vista del libro para controlar que las ovejas no entren donde no deben.

Hacía ya un tiempo que algunas paisanas estudiábamos cómo crear una pequeña biblioteca/ grupo de lectura en el Salón Social, por lo que aquella donación era perfecta para empezar a dar forma al sueño. Y esos libros fueron a parar al fondo común.

Gracias a la Diputación por contar con la ciudad y al Ayuntamiento por corresponder con su colaboración. Gracias a todos los que han contribuido y puesto de su parte en el éxito final

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Ansiaba poder leer Campos Roturados de Mihail Solojov, así que ese fue el primer préstamo que hice en la incipiente biblioteca pública de un pueblo de menos de cincuenta habitantes.

Una pandemia y tres pinchazos vacunales contra el virus después, el catálogo ha seguido engordando. Más vecinos contribuyeron con algún material suelto, y hasta la Diputación de Zamora hizo su aportación. La librería Patricia de Villalpando, el mejor proveedor rural que se puede desear, me ha regalado recientemente una abultada remesa de libros, que también han ido a parar para uso y disfrute de todos.

Hay políticos que apuestan fuerte por la dictadura del cantinariado, mientras que otros se esfuerzan para que el pueblo sea más sabio. Ni todos los políticos se parecen, ni hay dos quesos iguales. Los fieles devotos de la leche cuajada y madurada ya lo sabíamos. Y durante la I Feria Internacional del Queso, ese excepcional escaparate de la Zamora quesera al mundo en que se ha convertido Fromago, lo hemos podido ratificar.

Todo ha salido perfecto, enhorabuena a quien corresponda. No hay un solo elemento adversativo que apostillar. Ni tan siquiera la presencia de esa todopoderosa empresa, enconado enemigo de la pequeña granja familiar de ganadería tradicional, en la publicidad de algunas de las bolsas de compra.

Otro gran acierto, por cierto, lo de las bolsas de papel. En el planeta andamos demasiados sobrados de plástico ya. Peligrosa presencia de plásticos en los océanos, en el sistema digestivo de los pequeños rumiantes, y hasta en la sangre y placenta humanas. Además, el petróleo y sus derivados, con los que se fabrican estos omnipresentes plásticos, sigue carísimo.

Pasear por las calles de Zamora ha sido una auténtica delicia, todo ha funcionado a la perfección. Las calles estaban limpias y en orden, gracias al servicio de limpieza. La presencia policial ha sido proporcional, la justa para que el visitante percibiera en todo momento que su seguridad no se iba a ver comprometida.

Ha sido una visión esperanzadora observar a visitantes y turistas, maestros artesanos, entendidos queseros o profanos en la materia, entrando y saliendo de los puestos y las carpas, así como de las infinitas Iglesias, la Catedral, el Castillo, el resto de edificios históricos y los diferentes sitios de esparcimiento de la ciudad.

Hasta la meteorología ha contribuido a la gran fiesta del queso. Las tan ansiadas lluvias de septiembre, nada como una pertinaz sequía para valorar el agua, traídas a la fuerza por un huracán que pronto dejó de serlo, hicieron presagiar mal tiempo. Pero en una ciudad que ha reaprendido a socializar con el sector primario de la provincia, a sentirse orgullosa de sus gentes del rural que se afanan y laboran para cosechar los mejores frutos que da esta tierra, esas primeras lluvias esta vez han traído muchas sonrisas.

Sonrisas de los responsables de organizarlo todo a la perfección, sonrisas de maestros queseros, sonrisas de consumidores de queso, sonrisas generalizadas de zamoranos y visitantes. Gracias a la Diputación por contar con la ciudad, y al Ayuntamiento por corresponder con su colaboración. Gracias a los hoteleros, a la restauración, y a todos los que han contribuido y puesto de su parte en el éxito final. Zamora la hacemos entre todos.

Hay quien se ha sentido dolido por la ausencia de celebridades políticas regionales durante la Feria quesera. Y eso que contamos con la radioactiva presencia del vice, quien tampoco en esta ocasión tuvo el buen juicio de abstenerse de tararear en público Enola Gay, el clásico ochentero del grupo OMD.

De cualquier manera, esto es España y aquí el pecado capital que impera es el de la envidia. No hace falta tener una licenciatura en Antropología, para saber que el indicador más fiable para medir que un evento se ha realizado con éxito sobresaliente es comprobar que Los Otros, no, no los de la peli de Amenábar, si no esos que son incapaces de alegrarse por los éxitos ajenos, no se han dignado en aparecer.

Cuando el diablo no tiene entuertos de los que culpar al cambio climático, espanta moscas con el rabo. Y a buen seguro que nuestros Los Otros estarían muy ocupados orquestando sus precampañas preelectorales. Es lo que tiene el trabajar buscando únicamente el propio beneficio, que no queda apenas tiempo libre para mirar por el bien común.

El rey Fromago I ha muerto, viva el rey OVINNOVA´22.

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