La Opinión de Zamora

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Manuel Antón.

Descanse en paz, majestad

Cuando se asume una responsabilidad, hay que saber lo que conlleva y obrar en consecuencia

ISABEL II BAUTIZA CON WHISKY UN PORTAAVIONES QUE LLEVA SU NOMBRE -

Según todo lo que he leído acerca de Elizabeth Alexandra Mary, Isabel II de Inglaterra, reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y jefa de la Commonwealth -casi nada- tal señora debió ser un ejemplo a seguir, al menos en lo que se refiere al desempeño de los cargos y títulos que ejerció durante más de setenta años, porque siempre hizo lo que sabía que debía hacer, por encima de lo que supuestamente le pudo haber apetecido; lo cual tiene mucho mérito. Espero que su hijo y eterno sucesor, el durante tantos años príncipe Carlos, sepa ejercer de rey y jefe como su madre lo hizo de reina y jefa; aunque tengo mis dudas.

En la sociedad actual, a mi juicio, se conjuga demasiado el verbo apetecer, cuando lo más sensato y hasta saludable siempre ha sido y será conjugar los verbos asumir y deber -éste, en su acepción de cumplir, o estar obligado a cumplir con lo que se asume-

De reyes y reinas se poco, o nada, pues sus vidas privadas suelen quedar en el anonimato, salvo cuando abdican…. Pero, como cualquiera que se lo tome en serio, si tengo opinión acerca de cómo deben comportarse quienes asumen otras responsabilidades, ya sea en el trabajo, en la vida familiar, o, sencillamente, por el mero hecho de ser ciudadanos libres.

Es triste, pero es una realidad, comprobar cuantas personas son incapaces de ganarse el sustento en sus trabajos porque, si no es por a es por b, son más proclives a reclamar derechos que a demostrar que cumplen con sus deberes u obligaciones -ejemplos hay mil, y no solo en la política- .

Isabel II de Inglaterra, al parecer, supo ejercer mejor de soberana que de madre. Tal vez en su caso las circunstancias le vinieron impuestas y quizás por ello tuvo que emplearse más a fondo en lo uno que en lo otro

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Es triste, pero es una realidad, comprobar cuantos ciudadanos son incapaces de comportarse como seres civilizados, y van por ahí ensuciando, destrozando, molestando, increpando, comprometiendo.., cuando, a poco que se lo propusiesen, solo con pensar un poco en los demás y cumplir con sus “deberes” podrían hacer la vida más agradable a sus vecinos y conciudadanos.

Es triste, pero es una realidad, comprobar cuántos matrimonios, o parejas de hecho se rompen porque, aunque ambos cónyuges, o miembros al efecto se hayan jurado amor y fidelidad eterna -cuando uno se compromete con otro suele asumir que le amará en lo malo y en lo bueno…-, cada vez es más frecuente romper el compromiso porque es más fácil conjugar el verbo apetecer que el verbo respetar, entre otros.

Pero lo más triste y real es comprobar cuantos hijos andan por ahí de casa en casa, que no de hogar en hogar -hogar: casa en que habita una familia- porque, en la mayoría de los casos, quienes los engendraron no supieron asumir las responsabilidades que conlleva el ser padres.

Puede que no estuviese mal que la sociedad se mirase con más rigor al espejo e intentara corregir algunos rasgos que actualmente le son más habituales de lo que sería deseable. Aunque nos hayamos acostumbrado a casi todo, a un servidor le siguen enterneciendo más las escenas en las que los protagonistas son todos miembros de una misma familia y, además, se llevan bien.

Isabel II de Inglaterra, al parecer, supo ejercer mejor de soberana que de madre. Tal vez en su caso las circunstancias le vinieron impuestas y quizás por ello tuvo que emplearse más a fondo en lo uno que en lo otro. En muchos hogares, desgraciadamente, a veces sucede lo mismo y no siempre son las circunstancias las culpables de tanto desatino.

Yo no tengo dudas al respecto: si cuando se tiene un hijo, uno se estudia y pone en práctica el “manual para saber ejercer de padre, o de madre” más posibilidades tiene de que le salgan las cosas bien (salvo si se es rey, o reina, pues entonces las circunstancias son las que mandan, digo yo).

Mucha suerte, rey Carlos III de Gran Bretaña y……. Va a necesitarla.

¡Ah! Y si eso, cuando le parezca hablamos de Gibraltar.

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