La Opinión de Zamora

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Tomás Crespo Rivera

Recordando a Andrés Vázquez

El gran torero intervino como actor en 3 películas, la última a los 84 años, fue premiada en Sydney

Andrés Vázquez. LOZ

De entre los numerosos artículos que he publicado sobre la vida profesional del torero de Villalpando Andrés Mazariegos Vázquez, fallecido el pasado 22 de junio, he releído uno que publique en La Opinión el Correo de Zamora, el 22 de octubre de 2010, tras haberle dedicado la Diputación Provincial de Madrid una placa azulejo en su plaza de toros de Las Ventas, según han venido haciendo tradicionalmente como homenaje a los más importantes toreros que triunfaron en ella a lo largo de su historia.

Tomás Crespo junto a Andrés Vázquez delante del busto que realizó el artista dedicado al diestro. T. C.

Aquel artículo lo titulaba “Andrés Vázquez un torero excelentísimo Señor”, lo cual no era una hipérbole, pues es cierto que Andrés fue condecorado con la medalla de Beneficencia de 1º clase por los numerosos festivales organizados para las Hermanitas de los pobres en esta ciudad de Zamora, a las que engrosó la bolsa durante varios años con sus recaudaciones. Además participó en otros muchos, el más importante fue encerrarse con 6 toros en la plaza de toros de Madrid, con cuyos beneficios parece que pudo por fin realizarse el monumento al gran Antonio Bienvenida en 1977, (situado a la entrada principal de Las Ventas) y que una suscripción popular anterior no había conseguido.

La vida de Andrés Vázquez no se parece a la de la mayoría de las figuras de su tiempo, por lo cual prefiero hoy, en este recuerdo de mi querido amigo, anotar más el aspecto humano que el meramente taurino, del que ya existe abundante bibliografía.

Yo presencié el debut de Andrés, con el nombre de El Nono, en la plaza de toros de Zamora que pudo ser en 1950. Naturalmente era una novillada sin caballos alternado con otro zamorano, Marcial Rodríguez, quien le ganó sobradamente la partida. Aquel día El Nono” demostró tanta valentía como torpeza. Pero este mal comienzo no le quito a Andrés la convicción de ser torero de cartel, aunque para ello tuviese que pasar las de Caín por las capeas de los pueblos de Castilla y de León, hasta que alguien le convenció de que debía irse a Madrid que es donde se cocía el mundo del toro. Allí tuvo que trabajar duro para el sustento, alternando con la escuela que dirigía Salevi II, un extorero profesional de los años veinte del que Andrés estaba convencido que fue el que “le metió el toreo en la cabeza”. Como consecuencia vinieron las novilladas en la desaparecida plaza de Vista Alegre de los hermanos Dominguín (en la que se dio oportunidad a tantos chavales) y después de varias salidas a hombros le permitieron debutar de novillero en Las Ventas con triple éxito, lo que le impulsó a tomar la alternativa en la temporada siguiente en la Feria de San Isidro de 1962, de manos de Gregorio Sánchez y Mondeño como testigo. Aquel día repitió una vez más su salida a hombros, siendo además el triunfador de la Feria.

Busto dedicado a Andrés Vázquez T. C.

Quién lo hubiera sospechado desde la época de El Nono. Andrés Vázquez había llegado a matador de toros con treinta años, cuando los grandes del toreo habitualmente llegan con menos de veinte y desde sus comienzos dirigido por apoderados o empresarios taurinos, y los chavales solo se tienen que preocupar de torear. Pero la llegada tan dura y meritoria del torero de Villalpando le hizo tener una personalidad que, en mi opinión, le perjudicó para encontrar el representante adecuado en momentos tan importantes, así y todo estaba donde había querido: Estar, arriba.

Pero al margen de lo taurino Andrés supo aprovechar la popularidad de sus éxitos y dado su carácter abierto, moverse en aquel mundo social que estrenaba, relacionándose con gentes de la cultura especialmente en las artes plásticas y el cine, pero también hizo amigos en el mundo del deporte. En aquel tiempo la figura del torero tenía una más alta estima social, (algo que actualmente ha cambiado) y los populares del deporte ganan mucho más que lo hacían entonces los del mundo del toro.

Al margen de lo taurino Andrés supo aprovechar la popularidad de sus éxitos y dado su carácter abierto, moverse en aquel mundo social que estrenaba, relacionándose con gentes de la cultura especialmente en las artes plásticas y el cine

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Andrés no solo fue retratado por los artistas, incluso participó en este mundo comercial. Pero donde destacó fue en el cine. Actuó en tres películas de protagonista. La primera, creo que fue en blanco y negro, de su época de las capeas, aunque no tengo datos. La segunda se rodó en 1984. Su director fue Teo Escamilla, y se titulaba “Tú solo”. Reflejaba la vida de la escuela taurina de Madrid de la cual fue profesor junto con Gregorio Sánchez, ambos pelearon para que numerosos chavales llegaran a ser toreros, y la mayoría de ellos lo consiguieron: Joselito, que era el mas jovencito, Carretero, José Luís Bote, El Fundi y Luís Miguel Calvo, (que intervino con Paco Rabal en la famosa serie televisiva Juncal), que animaron un vivo documental de cómo se debe educar a estos chicos al margen de lo taurino, es decir con los valores humanos. Fue considerada un ejemplar monumento del cine español en su género.

Antonio Pedrero, Andrés Vázquez (centro) y Tomás Crespo T. C.

La última es muy reciente, un film experimental sin dialogo y sin traje de luces. Solo el actor y único protagonista un viejo de 84 años manifiesta respetuoso al toro en una lección de actor que protagoniza Andrés de manera magistral. Se titula “Sobrenatural”, dirigida por Juan Figueroa y estrenada en 2018. Fue premiada en el Festival experimental de Sydney.

Hasta aquí llegó el Nono de Villalpando, lo que se dice un hombre poliédrico y capaz. Andrés tuvo una vida de una intensidad poco habitual. Sorprende que una persona que no tuvo preparación académica, su vitalidad por el oficio que quiso tener, le haya permitido hacer y comunicarse con mundos y personas universales y todo ello exprimiendo sus últimos años de forma envidiable, aunque eso sí, sin un átomo de riqueza, pues murió con la modestia de un pensionista. Querido Andrés descansa en paz, bien te lo mereces.

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