La Opinión de Zamora

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Ángel Macias

El espejo de tinta

Ángel Macías

La pirámide de los tontos

Unos en la cúspide, vanidad y vacío, y otros en la base sosteniendo las políticas que nos aplastan

Reunión de Díaz con el CEO de Carrefour Carlos Luján

Tras varias décadas de seguimiento de la política española uno va pensando que ya lo ha visto casi todo y que nada puede ya sorprender. Pero de vez en cuando aflora un descubrimiento que tira por tierra tales convicciones y demuestra que, igual que la realidad siempre consigue vías para superar a la ficción más surrealista, nunca deja de haber espacio para que la sorpresa te deje pasmado en el ámbito político.

El filósofo Gustavo Bueno acuñó la expresión “pensamiento Alicia” para adscribirla a la forma de pensar, manifestar sus pensamientos y actuar del presidente Zapatero. Un pensamiento básicamente infantil que convertía a Bambi en categoría filósófica, buenista hasta el empalague y el absurdo y sobre todo vacío hasta el límite. Marcar la ceja y devolver la sonrisa fueron sus más atractivas propuestas antes de convertirse en embajador de putrefactos dictadores o candidatos a serlo hispanoamericanos.

Pero si sus ocurrencias parsimoniosamente leídas relativas a una imposible y nunca existente alianza de civilizaciones o aquella frase famosa por vana de “la tierra no es de nadie, solo del viento”, parecían el culmen de la tontería, la llegada al gobierno de España de Pablo Iglesias y sus acólitos comunistas nos vino a demostrar que Zapatero no era el único no menos malo que tonto que nos íbamos a encontrar.

Lo de Yolanda Díaz esta semana, con su movida de la limitación de precios de los productos básicos y que ha terminado convertida en simple anuncio de una multinacional francesa es otra de las etapas cumbre de la siempre acechante conjura de los necios

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Lo de Yolanda Díaz esta semana, con su movida de la limitación de precios de los productos básicos y que ha terminado convertida en simple anuncio de una multinacional francesa de la distribución es otra de las etapas cumbre de la siempre acechante conjura de los necios. Sabiendo o ignorando -para el caso es lo mismo-, que es ilegal la fijación de precios en ese tipo de productos, la ministra de Trabajo, que tampoco tiene competencias para ello, anunció -como suele hacerlo, dando por hecho que ya era una realidad sin existir siquiera un borrador- que los españoles podremos comprar nuestros productos básicos de consumo por un precio bajo y limitado.

Carrefour que vio la oportunidad lanzó su campaña de treinta productos por treinta euros. Entre miles de referencias en sus estantes tampoco debió costarle mucho esfuerzo ni tuvo que reducir precio alguno para presentarlo. Que la ministra que más habla y menos dice, la gran esperanza roja para la izquierda, viera la oportunidad de hacerse la foto con el gran capitán del gran capital de los hipermercados fue cuestión de horas.

Así que foto al canto con el jefazo de Carrefour en España animándonos a ir a comprar a esa cadena los mismos productos, con no mejor calidad y a no menor precio que los podemos encontrar en nuestra tienda del autónomo de proximidad o el supermercado del barrio a los que, como convencida militante comunista, de la mano de Sánchez cose a impuestos y cargas sociales (en Zamora los suyos y de Guarido hasta les ahuyentan la clientela destrozando la zona centro de la ciudad).

La foto es la foto y los tontos tontos son. Unos en la cúspide, vanidad y vacío, y otros en la base de la pirámide sosteniendo las políticas que nos aplastan.

www.elespejodetinta.com

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