La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Manuel Antón.

Una vez más, lamentable

La sobreactuación del presidente Sánchez en el debate en el Senado

Comparecencia del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el Pleno del Senado, para informar sobre el Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización y su perspectiva territorial. En el que participará Alberto Núñez Feijóo, Partido Popular. JOSE LUIS ROCA

La sobreactuación del presidente Sánchez en el debate, o mejor dicho, en el soliloquio que protagonizó el pasado martes en el Senado, fue de vergüenza. Hasta tal punto se pasó que, de tanto ir el cántaro a la fuente, cometió el error de llamar presidente del Gobierno a quien, por el momento, solo es el líder de la oposición. Todo fue debido a que, después de estar durante más de dos horas haciendo uso de la palabra, por apenas veinte minutos largos de su principal oponente -todo un abuso de poder, aunque sea reglamentario- intentando desacreditar a quién será su más que posible contrincante en las próximas elecciones generales, el subconsciente le traicionó y, poseído por la obsesión de noquear a quien días atrás le había tendido la mano, dio muestras de sentirse más el aspirante que el vigente “campeón”. Por el contrario, el verdadero aspirante, es decir, el señor Feijóo, como en él es habitual, estuvo firme en sus propuestas, serio y moderado a la vez que contundente en sus respuestas, y hasta elegante en la manera de encajar los golpes bajos que le lanzó quien cada día que pasa en el sillón de mando, más se envilece.

Las formas como se empleó el arrogante “defensor del título” le hicieron no solo perder el hilo del discurso que llevaba escrito, sino ser consciente de que iba perdiendo a los puntos mientras alardeaba de su gestión al frente de un gobierno que hace aguas por todas las esquinas; lo que finalmente le pasó factura y, como se pudo evidenciar, le hizo cometer más errores cuanto más se obstinaba en atacar a su adversario. No solo sus gestos -demasiadas risas forzadas carentes de sentido- sino también su tez -parecía papel de tornasol- pusieron de manifiesto que el presidente está perdiendo frescura e incluso poder de convocatoria. Puede que fuera que no se sentía cómodo con su papel, o más bien que no se había estudiado bien el guion. En cualquier caso, su actuación, una vez más, fue lamentable.

Desde que el señor Feijóo tomó las riendas del PP y empezó a ejercer de líder de la oposición, el señor Sánchez va perdiendo crédito -si es que le queda alguno- cada vez que habla

decoration

En lugar de debatir acerca de las posibles medidas a adoptar para que los españoles podamos llevar mejor “la que se nos avecina”, quien debiera haber ejercido de vigente campeón, por mor de su cada vez más acelerada psicopatía, se transformó en un inseguro aspirante que no hizo otra cosa que lanzar desatinados improperios y descalificaciones contra quien hoy ya no le deja dormir. Por fortuna para casi todos los españoles, quien hoy no deja dormir a Pedro ya no se llama Pablo, sino Alberto.

¡Ay Pedro, cuán bajo has caído!

Desde que el señor Feijóo tomó las riendas del PP y empezó a ejercer de líder de la oposición, el señor Sánchez va perdiendo crédito -si es que le queda alguno- cada vez que habla. Tal vez, el tener enfrente a una persona que en nada se parece a él sea lo que le atenaza y le hace sentirse incipiente perdedor; quizás por eso, el pasado martes, en el Senado, lejos de ceñirse al papel que le correspondía, se dedicó a leer lo que sus asesores le habían escrito, sin ton ni son, y terminó tendido en la lona hasta enmudecer. A mi juicio, un nuevo descalabro presidencial, esta vez con abatimiento total.

De ahora en adelante ya nadie se va a tragar ni las filípicas y ni las homilías del presidente Sánchez, pues han bajado tanto su credibilidad y el nivel de su oratoria que somos ya mayoría los que, cada vez que se cuela en nuestras casas a través del televisor, apretamos el mute del mando a distancia sin vacilar.

Yo hace mucho tiempo que prefiero ver a los minions, por ejemplo, antes que tener que soportar la verborrea del “desencorbatao”.

Compartir el artículo

stats