La Opinión de Zamora

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La Feria del Pimiento de Benavente

FERIA DEL PIMIENTO EN BENAVENTE IGNACIO FORTUOSO

Ya los romanos empleaban la misma palabra –festus – para referirse a la feria y a la fiesta. Con el reconocimiento del cristianismo como religión oficial del imperio Romano, la fiesta se convirtió en un festivo religioso y la feria en un mercado de alimentos o ganado en ese día festivo. Cuando de pequeño me traían a la feria del ganado – la actual Plaza del Grano - ya no era festivo; ya no necesitaban la excusa de la fiesta para celebrar no solo la feria del ganado sino también la de las legumbres y toda clase de alimentos. En la feria se mezclaban el trabajo, los negocios y el placer; la satisfacción de concluir una buena venta o compra y la alegría de encontrar tantos rostros y tanta gente endomingada. Recuerdo en una feria sentirme atraído por lo fantástico y perderme, con gran disgusto de mi madre, entre unas criaturas gigantes con unos ojos saltones en unas cabezas enormes por la calle la Rúa.

Hoy ya es una fiesta la propia feria porque se mezclan el saber y el sabor que tiene la misma raíz latina (sapere). Saber consiste en elegir lo más sano en cada cosa, en este caso, lo mejor del pimiento y el sabor se consigue al unir ese saber con el gustar. Algunos no saborean esta carne gruesa y consistente, ligeramente dulce y de textura suave porque no la conocen; entender algo es disfrutarlo, saborearlo. Para eso no solo debemos ver el presente, estos pimientos, sino su pasado y su futuro si queremos que sigan conservando su sabor, y por tanto, tengan éxito en las ferias venideras. En la búsqueda de las especias se encontró Colón con el Continente Americano y ya de vuelta mostró en mayo de 1493 a los Reyes Católicos no solo oro y algodón, patatas y maíz, tomates y judías, sino también pimientos; les llamó así porque su sabor picante se parecía a la especia pimienta que ya se usaba como ingrediente en la cocina europea. Con todas estas nuevas plantas se experimentó en los jardines de Sevilla, en especial, en la Alameda de Hércules, uno de los primeros jardines públicos de España que aún hoy podemos visitar. Al final los pimientos que más consumimos en Europa son los dulces mientras que en América siguen con los picantes, los que llaman chiles.

El sabor del pimiento no es primaveral ni lo anima el calor del verano, es un sabor otoñal, se vuelve hacia el pasado más que hacia el futuro

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Me suele pasar que al recordar el sabor del pimiento se me hacen presentes de nuevo momentos pasados de mi niñez; el yo de entonces y el de ahora se juntan. Por ejemplo, siempre recuerdo el pimental soleado; era un calor acogedor que compartíamos con los melones de piel de sapo y hasta con las ranas de Bonal tan sedientas de luz; nada más vernos, las ranas, se lanzaban al agua dejando unos cuantos surtidores manando del fondo del caño. Mi madre, nacida en Aguilar de Tera, me enseñó a mirar el pimental: siempre trasplantar los pimientos del semillero al terreno definitivo pasadas las heladas, es decir, a mediados de mayo; los surcos en su punto para que el pimiento respire y se proteja del calor; observar la noche porque el pimiento crece al acumular la luz de las estrellas; al autofecundarse (al abrirse su corola, el estigma generalmente ha sido fecundado, por su propio polen) hay que evitar que la semilla se degenere de una cosecha a otra; cuando están en sazón hay que pelarlos con mucho cuidado porque se puede romper la rama: se toman entre los dedos y con un giro suave se desprenden de la planta. Todo este saber procede de la experiencia: ser agricultor es una forma de ser y de habitar el mundo; por mucho que se encorve sobre el pimental siempre vivirá de pie; trabaja en el pimental por el día y cuando regresa a casa por la noche no se olvida de todo lo que tiene que hacer: el sentido de su vida está unido a ser agricultor. Por eso el sabor del pimiento no es primaveral ni lo anima el calor del verano, es un sabor otoñal, se vuelve hacia el pasado más que hacia el futuro. Es más, si bien todos los pimientos exigen compañía en el plato, el pimiento morrón puede servirse solo y disfrutar del sabor dulce con un toque salado. Buena y sazonada feria la del Pimiento de Benavente.

Egidio García García

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