La Opinión de Zamora

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Luis Miguel de Dios

Buena jera

Luis Miguel de Dios

¡Mamá, pupa; todos a Urgencias!

Pese a los anuncios y promesas oficiales, la situación sanitaria sigue siendo alarmante

Concentración de ayer frente al centro consultorio de Bermillo de Sayago. Cedida

Desgraciadamente, parece que nos hemos acostumbrado a que la situación sanitaria en esta provincia sea la que es. Aunque semanalmente (y, en ocasiones, casi a diario) se producen protestas y reivindicaciones, da la impresión de que mucha gente ha tirado la toalla y se resigna en esa actitud tan nuestra de tragar con lo que nos echen y de aplicar en nuestra vida cotidiana el “Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy”. Y de dar por bueno lo que nos cuenten desde las instancias oficiales. En una de las geniales películas de los hermanos Marx, Groucho, pillado in fraganti, le dice a una señora:”¿A quién va a creer usted, a mí o a lo que ven sus ojos?” Y la señora duda.

He repasado mentalmente esta jugosa anécdota al leer unas recientes declaraciones del presidente de la Junta en las que, de forma tajante y contundente, asegura que “tanto los centros de salud como los consultorios han estado y están abiertos y así seguirán”. Lástima que esas palabras no las hubiese pronunciado en Sanabria, donde, según el Movimiento en Defensa de la Sanidad Pública, los 68 consultorios de la comarca van a estar cerrados al menos 30 días. Y es que, en el Centro de Salud de Puebla, apareció un cartel oficial en el que se podía leer: “Todas las consultas médicas serán en el Centro de Salud de Puebla de Sanabria desde el 1 al 16 de septiembre al menos”. Este texto sustituyo a otro que anunciaba la supresión de esas consultas locales del 15 al 31 de agosto. O sea, un mesecito con los consultorios de los pueblos cerrados en una época en la que Sanabria multiplica por mucho su población. La falta o deficiencia de un servicio tan básico como la Sanidad también contribuye a la despoblación.

¿A quién va a creer usted, alma de cántaro, a sus ojos que le muestran el cierre del consultorio de su localidad o al presidente de la Junta rodeado de altos cargos, periodistas, cámaras y demás prosopopeya?

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Viendo estas cosas y oyendo lo que uno tiene que oír, me he acordado una vez más de una frase del periodista Enrique Vázquez que ya he comentado en otras ocasiones. Llamaba a alguien y la decía: “Tengo para ti malas noticias, pero excelentes explicaciones” Pues eso. La mala noticia es que los consultorios están cerrados “provisionalmente” (ya veremos lo que dura la provisionalidad). Las excelentes explicaciones residen en las palabras del señor Fernández Mañueco. ¿Cómo va a engañarnos la máxima autoridad regional en un problema tan vital? No puede ser, hombre, no puede ser. ¿A quién va a creer usted, alma de cántaro, a sus ojos que le muestran el cierre del consultorio de su localidad o al presidente de la Junta rodeado de altos cargos, periodistas, cámaras y demás prosopopeya? Está claro: a don Alfonso. Nuestros ojos son muy mentirosos; en ocasiones, ven lo que no existe. Por eso conviene acercarse hasta el consultorio, accionar el picaporte de la puerta, empujar, tocar el timbre (si es que hay) y comprobar que no está abierto, sino todo lo contrario. Y como los políticos, y más con mando en plaza, no suelen mentir ni equivocarse, pensar que el equivocado soy yo y que, tal vez, esté llamando a la puerta que no es y moviendo el picaporte que no corresponde. En fin, en peores garitas hemos hecho guardias. Y aquí seguimos.

Y, aparte de creer a don Alfonso, ¡qué hacemos si nos sentimos algo indispuestos o si el niño dice “mamá, pupa”? Pues, chico, nos vamos a Urgencias, es decir, a Puebla de Sanabria…de momento. Y si se colapsan las Urgencias, ajo y agua. Claro que ya lo solucionó esa gran doctora que es Isabel Díaz Ayuso cuando se quejó, precisamente, de que estaban llenas las Urgencias madrileñas. Afirmó que la gente, en cuanto tiene 37 de fiebre, se va a Urgencias en vez de tomarse un Paracetamol. Quizás tenga algo de razón y que nos hayamos vuelto demasiado cricas, pero el miedo es el miedo, sobre todo cuando tenemos el consultorio de la aldea cerrado y hay dos médicos para toda la comarca. ¡Ah, perdón, que están todos los consultorios abiertos! Que trabajo costará reconocer los problemas en su justa dimensión en lugar de buscar “excelentes explicaciones”. Es que no hay médicos; pasa en toda España, nos dicen desde la Junta. No es verdad; en otros sitios no es tan grave la situación; incluso, como sucede en el País Vasco, fichan a las enfermeras de aquí nada más terminar sus estudios. Además, ustedes llevan más de 20 años gestionando la Sanidad de Castilla y León. Tiempo han tenido para tomar medidas ante lo que, según todos los informes, se les venía encima. Ahora, no solo vale dar “excelentes explicaciones” más o menos creíbles.

Solo espero no tener que repetir un artículo como éste porque haya mejorado la situación. Tengo mis dudas, pero, pese al historial, mantengo la esperanza.

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