Si pertenecemos a clubes exclusivos como la UE o la OTAN, supongo que hay que pagar un precio. Y si queremos que España organice cumbres, que al final se quedan en pequeñas lomas, y otras cuestiones, la factura tiene que subir por fuerza. Desde que Sánchez habita la Moncloa, este tipo de alardes se hacen a lo grande. Le gusta impresionar a sus homólogos extranjeros, incluido el propio Biden que no lo tiene precisamente entre sus grandes amigos.
Poner a punto la cumbre de la OTAN en Madrid, que reunió a cinco mil asistentes y 40 líderes y lideresas internacionales, costó un pastón, que dicen los castizos. Interior preparó, como bien sabemos los españoles, un despliegue de seguridad sin precedentes. No en vano se trataba de la primera cumbre de la OTAN en España y había que lucirse, máxime cuando la popularidad del presidente español estaba, si no bajo mínimos, casi.
Apueste lo que quiera que en lo que menos invirtió el ministerio de Grande Marlaska, fue en dietas para Policía Nacional y Guardia Civil que llevaron el peso del operativo con un despliegue nunca antes visto
El asunto se convirtió en un desafío para las Fuerzas de Seguridad, que lo bordaron, como siempre. Madrid se blindó pero, previamente, el Ministerio del Interior pagó por el procedimiento de urgencia varios contratos de los que todo lo desconocemos. No así el importe total de la factura pagada por Interior y que ascendió, al menos, a 2.098 063 euros según la suma de los contratos que ha hecho públicos el portal de contratación. Dos millones en escáneres, cámaras, pistolas táser y sus pertinentes cartuchos inmovilizadores, arcos detectores de metales, sistemas de televisión, infografía… en fin, la intemerata. Por cierto, hasta ese momento la Policía española no disponía de táser como sí disponen de ellas los Mossos.
Apueste lo que quiera que en lo que menos invirtió el ministerio de Grande Marlaska, fue en dietas para Policía Nacional y Guardia Civil que llevaron el peso del operativo con un despliegue nunca antes visto. A ellos debo añadir, policía local, bomberos, emergencias, protección civil, seguridad de la Casa Real, Seguridad de la Presidencia del Gobierno y seguridad privada. 10.000 agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado eran insuficientes para 40 líderes, hasta el punto de verse obligados a contratar seguridad privada. Algunas empresas se habrán puesto las botas y no las de patrullar precisamente. Lo digo también porque al haber utilizado un procedimiento de urgencia el Gobierno se ahorró toda la parte del anuncio y concurso, como requiere la legislación, y así pudo contratar directamente a empresas a las que se debería echar un vistazo. El paquete de contratación fue cosa de su ministerio.
La factura de Interior no fue una fruslería. Es lo que tiene pertenecer a ciertos clubs y querer fardar ante ellos.
