La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Gerardo González

Los incendios son evitables

Es necesario concienciar a la población sobre la importancia de preservar la naturaleza

Trabajos en una de las zonas afectadas por las llamas GUSTAVO SANTOS

Al contemplar consternado los trágicos y sucesivos incendios forestales en Zamora y en varias provincias españolas durante este tórrido verano he recordado aquella nefasta ocurrencia del humorista barcelonés Jaume Perich: “cuando un bosque se quema algo suyo se quema, señor conde”, subtítulo del libro “Autopista”, publicado en 1971. Pretendió ridiculizar una campaña del gobierno en los años 1962 y 1963 con el eslogan: “Si un bosque se quema, algo suyo se quema”.

Hubo posteriormente, en los años ochenta, noventa y 2006 varias campañas promocionadas por Icona y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para la prevención de incendios forestales con atinadas frases como “Todos contra el fuego”; participaron en radio y televisión deportistas, periodistas prestigiosos, actrices y economistas como José Luis Sampedro.

No recuerdo que se hayan llevado a cabo campañas similares desde hace mucho tiempo, ni siquiera en el pre-verano de este mismo año que se anunciaba excesivamente cálido. ¿Todavía alguien cree que cuando se quema un bosque no importa nada, porque los bosques son del señor conde?

Lo que menos necesitaba Zamora para figurar a la cabeza del desastre natural, después del progresivo y atroz despoblamiento, es esta secuela de incendios, algunos de ellos provocados

decoration

Como dice un viejo refrán “con el fuego no se juega”. Tampoco es sensato hacer gracietas insolentes parafraseando eslóganes oportunos y necesarios, porque los bosques ni son de ningún conde, ni de algún particular, aunque haya parcelas a su nombre, sino de quienes viven en donde se producen, en un determinado país o provincia, incluso -como la selva amazónica- en todo el mundo. Cualquiera entiende hoy que gracias a montes, bosques y selvas podemos respirar aire menos contaminado y sobreviven especies beneficiosas para la producción de alimentos. Uno puede tener muchas colmenas para producir miel, pero las abejas son además imprescindibles para polinizar las flores de árboles frutales y miles de plantas, con las que se fabrican incluso muchos medicamentos.

En estos días de desolación por tantos incendios, se nos recuerda que el mejor remedio es la prevención, que exige inversiones en invierno y en primavera. Es preciso también subrayar que el ganado lanar y vacuno son los mejores cortafuegos, porque contribuyen a la limpieza forestal, pero el pastoreo ha ido decreciendo paulatinamente en favor de la estabulación. Quizá porque se ha desprotegido un sector tradicionalmente semoviente, para poder obtener mayor producción de carne y de leche.

Los ganadores zamoranos que conozco se quejan desde hace varios años del escaso beneficio que les reporta un trabajo poco gratificante, porque suben los costes de piensos y bajan los de la leche, lana, etc. Se consideran relegados por las instituciones públicas y, al mismo tiempo, los últimos protagonistas de una tarea secular y muy valiosa para salvaguardar el medio ambiente.

Es necesario concienciar a la población sobre la importancia de preservar la naturaleza, pero al mismo tiempo poner los medios necesarios para evitar tantos incendios, algunos canallescamente intencionados y quizá no suficientemente castigados con una legislación más severa.

Lo que menos necesitaba Zamora para figurar a la cabeza del desastre natural, después del progresivo y atroz despoblamiento, es esta secuela de incendios, algunos de ellos provocados. ¿Cuándo se tomará en serio, tanto a nivel nacional como de la comunidad autónoma, que los zamoranos tenemos derecho a vivir dignamente y a que se preserve nuestro patrimonio cultural y rural?

Compartir el artículo

stats