La Opinión de Zamora

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Manuel Antón.

Con los herederos de ETA, ni agua

Los que siguen sin condenar la violencia no pueden sentarse al lado de los que tienen el deber de gobernar

Manifestación por Miguel Ángel Blanco ÁNGELES VÁZQUEZ. MADRID| ARCHIVO

Al referirnos al pasado la equidistancia no puede ser la norma, pues si bien está justificada para apuntalar los principios que propiciaron la reconciliación de los “dos Españas”, abrieron la puerta a la Transición y sirvieron de base a la redacción de nuestra Constitución, al hablar de víctimas y verdugos la equidistancia resulta tan ignominiosa como equivocada, porque mientras las primeras siguen sufriendo el vacío de los que se llevaron por delante quienes apretaron o dieron las órdenes de apretar el gatillo, los segundos o los herederos de éstos chantajean al Gobierno, con el Presidente Sánchez a la cabeza, para tener un espacio que les permita cogobernar. Que es lo que han conseguido los bilduetarras al imponer algunos de sus tozudos argumentos para que sean recogidos en la Ley de Memoria Democrática recientemente aprobada en el Congreso con los votos a favor de PSOE, Unidas Podemos, PNV y Bildu.

El escándalo que produce la tibieza del Gobierno con aquellos que siguen intentando que la sociedad española se olvide, por ejemplo, de lo que le sucedió a Miguel Ángel Blanco, es algo que no se puede tolerar

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Un error más de los muchos que lleva cometidos el actual Gobierno, con el agravante de que éste va manchado de sangre porque lleva el sello de los que tienen sobre sus espaldas el asesinato de más de ochocientos compatriotas. Por ello opino que, salvo que la democracia y la justicia prevalezcan y eso haga que podamos vivir compartiéndolo todo, o casi todo, los que siguen sin condenar la violencia no pueden sentarse al lado de los que tienen el deber de gobernar sabiendo diferenciar entre víctimas y verdugos.

El escándalo que produce la tibieza del Gobierno con aquellos que siguen intentando que la sociedad española se olvide, por ejemplo, de lo que le sucedió a Miguel Ángel Blanco, es algo que no se puede tolerar; como tampoco se puede tolerar que sean los herederos de los terroristas los que marquen las líneas rojas.

Por cuanto queda dicho, espero con impaciencia la llegada al Gobierno de España de personas que sean capaces de establecer claramente las diferencias entre lo que es permisible y lo que no lo es, al menos en lo que a la violación de los derechos humanos se refiere, y siempre teniendo presente que el derecho a la vida es el primero de ellos.

Que el señor Sánchez -y lo digo por enésima vez- para poder seguir siendo el principal inquilino de La Moncloa, tenga que pactar con Bildu la redacción de una ley es de una indignidad más que abominable.

Ustedes mismos…

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