La Opinión de Zamora

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Luis Miguel de Dios

Buena jera

Luis Miguel de Dios

Datos para todos los gustos

¿Por qué algunos se empeñan en desacreditar o negar las buenas cifras del paro?

El sector servicios impulsa la creación de empleo Álex Zea - Europa Press

La Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año nos trajo el jueves excelentes noticias: creación de 617.000 nuevos contratos estables; descenso del desempleo al 12,48% (la menor tasa desde el 2008); 20,5 millones de ocupados, algo que no se veía desde hace 14 años; caída del paro por debajo de los tres millones… en fin que todos estos datos hicieron aparecer una sonrisa en mucha gente, empezando, claro, por el Gobierno. Sin embargo, no todo el mundo reaccionó igual. Por ejemplo, el líder del PP, Alberto Núñez Feijoó, ni siquiera se felicitó por estas cifras, sino que estuvo poniendo pegas. Y lo hizo en una comparecencia en la que no admitió preguntas. Nos quedamos, por tanto, sin saber sus valoraciones concretas y sin que nos aclarara más de un punto oscuro de su alocución.

Curiosamente, casi a la misma hora, la lideresa madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se colgaba una medalla de oro por los datos de su comunidad. Como quiera que Madrid tuvo un descenso espectacular, Ayuso dijo que se debía a sus políticas liberales. Solo a eso. Nada de atribuir mérito alguno a la gestión del Gobierno central (¿cómo hablar bien o regularcito de Pedro Sánchez?). Nada de seguir la opinión de los expertos, incluso de su propio partido, que responsabilizan de parte de esta creación de empleo, y de empleo estable, a la reforma laboral, a la que con tanto entusiasmo e insultos se opuso doña Isabel. Por cierto, esa reforma salió adelante porque un diputado del PP se confundió de botón. Si hubiera acertado con lo que le pedía el PP, quizás la reforma habría fracasado y ahora estaríamos hablando de otra cosa. Conviene no olvidar estos pequeños detalles, especialmente cuando alguien se quiere apuntar todos los tantos y, de paso, poner a parir al de enfrente.

Estas cositas me llevan, una vez más, a preguntar si en España es imposible reconocer los éxitos ajenos… aunque nos favorezcan a todos. Sí, parece que es imposible, que aquí ha primado, prima y primará el caínismo

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Estas cositas me llevan, una vez más, a preguntar si en España es imposible reconocer los éxitos ajenos… aunque nos favorezcan a todos. Sí, parece que es imposible, que aquí ha primado, prima y primará el caínismo, la conversión sistemática y constante del rival en enemigo, el desacreditar sus valores, el no aceptar sus argumentos… Nuestra historia está llena de ejemplos ilustrativos y vergonzosos. Les recuerdo uno: cuando se propuso a Benito Pérez Galdós para el premio Nobel de Literatura, en España se montó una campaña para que no se lo dieran. Don Benito era un hombre progresista, de izquierdas, y eso sí que no; mejor que se lo concedieran a un extranjero que a un español de otra ideología. Y no lo obtuvo para alegría y recochineo de sus detractores, de aquellos españolitos que preferían quedarse tuertos si el contrario se quedaba ciego. Viendo algunas cosas, hemos cambiado poco.

O sea, que baja el paro, aumenta el empleo y el principal partido de la oposición no acaba de creérselo, retuerce los datos y, apoyado en los medios que lo jalean contra Sánchez, acaba utilizando esas buenas cifras para atacar al Gobierno o para asegurar, como Ayuso, que el mérito es suyo. ¿Qué habría dicho si en Madrid hubiera aumentado el desempleo. No es difícil de adivinar.

Con este panorama, no es extraño que la pareja de ancianos hiciera lo que estaba haciendo a plena luz en la zona de la Marina. La desesperación tiene estas cosas

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Otros ejemplos de lo que estoy contando los vimos justo al día siguiente, el pasado viernes. Ese día conocimos el IPC, la carestía de la vida, y la evolución de la economía española. Como la inflación fue muy mala (nada menos que el 10,8%), el PP se lanzó a la yugular de Pedro Sánchez. No importa que en muchos países europeos se viva una situación similar; no importa que siga la guerra en Ucrania y el encarecimiento de gas, petróleo y otras materias; no importa la ola de calor; no, no importa nada de eso; aquí la culpa la tiene el sanchismo y punto y pelota. ¿Para qué analizar un problema complejo si ya tenemos la solución). Y es simple: Sánchez fuera, elecciones y Núñez Feijoó a la Moncloa. Iba a ser Pablo Casado, pero hubo mala suerte.

En esa misma fecha, supimos que la economía española había crecido más de un 1% en el segundo trimestre del año. Con ello, ese crecimiento se eleva a más del 6% en un año. Un dato positivo, sobre todo estando Europa y el mundo como están. Bueno, pues lo dicho líneas arriba. La oposición apenas se ha referido a esta noticia pese a que a diario está lanzando previsiones catastrofistas y predicando el apocalipsis. Si esa cifra es buena, reconozcámoslo. ¿Tanto cuesta? Y así podríamos evitarle a la gente mucha zozobra y mucho enfrentamiento.

Con este panorama, no es extraño que la pareja de ancianos hiciera lo que estaba haciendo a plena luz en la zona de la Marina. La desesperación tiene estas cosas.

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