La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Laura Rivero

Si pudiera apagar vuestro fuego, si el fuego se apagara con palabras

Los montes necesitan que el incendio se sofoque antes de arder en el verano

ZAMORA. INCENDIO LOSACIO TABARA. JOSE LUIS FERNANDEZ

Si Zamora merece que se quemen / los paisajes sin gente, vaciados, / por lesa economía que nos echa / de esta tierra que hemos abandonado. / Si esta tierra merece el abandono / de los campos, las huertas, el ganado: / del campo que te anima y te sustenta / para ser un paisaje despoblado.

Si el paisaje merece que le llamen / de la biosfera paraje reservado / por los ecosistemas que contiene / ecológicamente valorados. / Si valor merece el ecosistema por la UNESCO reserva declarado / ¿Por qué se quema nuestro ecosistema? / ¿Por qué Zamora se nos ha quemado?

Si un pastor muere junto a sus ovejas / contra la tierra en llamas batallando, / no estaba tan vaciada nuestra tierra / de sus mejores gentes trabajando. / Y si muere un bombero rodeado / por el fuego infernal que está apagando, / para que nos protejan de las llamas / son más manos las que necesitamos.

Si se mueren los pueblos y se cierran / las casas, las haciendas, y los campos / de maleza, marañas y espesuras / sustituyen a nuestros sembrados. / Si se mueren los pueblos y se cierran / tiendas, bares, escuelas… y el tejado / de la iglesia se hundió ¡válgame el cielo! / El pueblo necesita más cuidado.

Los montes necesitan que el incendio / se apague antes de arder en el verano: / con la limpia, el desbroce y el cuidado, / en los meses de invierno y de trabajo. / Trabajo necesita nuestra gente / para seguir esta tierra cuidando. / Y sí, reserva de la biosfera / sembrando el campo, cuidando el ganado.

Se necesita que los forestales / que su vida y salud han arriesgado / vean reconocido su servicio / ¡Salarios justos para su trabajo!

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Y necesita si se quema el monte, / o el pueblo entero está amenazado / de abandono, de olvido, de injusticia / que históricamente se ha aplicado… / Se necesita que los forestales / que su vida y salud han arriesgado / vean reconocido su servicio / ¡Salarios justos para su trabajo!

En la ciudad cercada por el fuego / que, aunque lejos también era amenaza, / se abrieron los pabellones como brazos / que a los desalojados abrazaban. / Policías, bomberos, concejales, / los que en los pabellones trabajaban / para acoger a nuestra buena gente / ponían corazón, trabajo y alma.

Cruz Roja y ONGs, particulares, / hosteleros, vecinos… se afanaban / en recibir con dignidad al pueblo / de los pueblos que se nos quemaban. / Porque si se nos quema la provincia / -esta que dicen que está vaciada- / el vacío se adueña de nuestro cuerpo / de nuestra humanidad, que es nuestra patria.

Si se te parte el alma que no existe / cuando te desalojan de tu casa. / Cuando llega la gente en autobuses / con su vida perdida en las miradas. / Si el alma que en sus ojos se refleja / nunca es el de la tierra calcinada / sino el del pueblo donde de pequeños / les enseñaron la palabra “gracias”.

Si el alma agradecida se demuestra / en los gestos sencillos, las miradas / de pena porque se nos han quemado / la sierra, alguna nave, ¡ay!, nuestra casa. / Si el alma que no existe se conmueve, / si el alma que no existe se hace agua / que se queda llorando en la garganta / y no te deja pronunciar palabras…

Si mi llanto no vale como lluvia / que recupere la tierra quemada. / Si no puedo devolver el verde al campo / y alimentar los pastos con palabras… / Quiero reconocerme en vuestra pena por la tierra quemada. / Y deciros porque seguís luchando/ por esta tierra que es la nuestra: ¡gracias!

Nos veremos también reivindicando / que nuestra tierra no es tierra quemada. / Que del trabajo nacen brotes verdes / de verdad, no de la propaganda. / Ese verde que aunque hoy parece tan negro / tras la lluvia será verde de esperanza.

(*) Portavoz de Izquierda Unida en la Diputación de Zamora

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