La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Bárbara Palmero

Identificación amigo o enemigo

El aumento del gasto en Defensa debe repercutir en beneficio de la industria armamentística nacional

Cumbre de la OTAN. LOZ

Antes de la Expo´92, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado detuvieron en Sevilla al etarra Henry Parot con un coche cargado con explosivos. Su objetivo era hacer volar la comisaría de policía ubicada en la plaza de la Gavidia, en pleno centro de la ciudad.

Por aquel entonces, la Gavidia era el lugar de reunión de la chavalería que, por lo que fuera, no estaba en los centros escolares en horario de estar. Nos reuníamos allí para hacer ese tipo de cosas que se hacen cuando se es joven, como beber litros de cerveza o refutar a Hegel y a Feuerbach.

A raíz de la captura del terrorista, ese año fue habitual caminar por las calles en compañía de cientos de policías armados con chaleco antibalas y fusiles de asalto, haciendo su trabajo. Lo cual proporcionaba una grata sensación de seguridad. La misma que sentí años después, cuando en la explanada del Hermitage, en San Petersburgo, la vigilancia corría a cargo de miembros del ejército ruso estacionados con sus blindados militares sobre ruedas.

Justo lo contrario que me sucedería en Estocolmo o Londres. Cuando, en fechas en las que ya estaba vigente la alerta por terrorismo de nivel 4 en toda Europa, me enteré de que allí la policía patrulla las calles sin arma. Me he sentido más segura caminando por las calles de cualquier ciudad rusa, que en las calles de varias ciudades europeas.

Por esto no entiendo que, tras la pasada reunión de la OTAN, los políticos y los media pretendan convencerme de que Rusia y China son el enemigo de la civilización occidental. Y no lo entiendo, porque soy una humilde pastora de ovejas, que desde que dejó de asistir a clase, no ha dejado de leer reportajes de investigación y libros publicados por gente más lista que yo.

Como decía cierto programa de televisión: todo está en los libros. Y en los libros está, que mientras los militares españoles morían en Afganistán combatiendo a los talibanes, nuestros amigos y aliados, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, financiaban y entrenaban a esos mismos talibanes.

La vida es una cuestión de prioridades. Y yo prefiero que ningún militar español cause baja, antes de que cualquier empresa marca España construya el AVE a la Meca. Que nuestros militares regresen a casa, nos beneficia a todos. Lo del trenecito sólo ha beneficiado a un puñado de ricos.

Rusia y China, no han financiado ni entrenado, a terroristas de Al Qaeda, Daesh y el yihadismo global. Mientras que nuestros amigos y aliados islámicos continúan haciéndolo. Y es que cuando están en juego los intereses económicos de las élites, resulta imposible aclararse con la Identificación Amigo-Enemigo.

Mientras los militares españoles morían en Afganistán combatiendo a los talibanes, nuestros amigos y aliados, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, financiaban y entrenaban a esos mismos talibanes

decoration

Los papeles de Afganistán es un libro de reciente publicación. En sus páginas, periodistas de investigación de The Washington Post, destapan cientos de informes internos de militares y personal de inteligencia norteamericanos en los que criticaban la estrategia y el desarrollo de la guerra.

Los libros demuestran que, tras veinte años de guerra infructuosa en tierras afganas, Estados Unidos sólo ha conseguido gastar una burrada de millones del erario en un fiasco bélico. La misma millonada que ha ido a parar a las arcas de las principales firmas armamentísticas de aquel país.

Como sucederá con este incremento del gasto en Defensa. Mientras desvelamos si El Gran Lebandowski termina jugando en el Barsa, lo mejor que puede hacer quien posea unos dinerillos ahorrados, es invertir en Lockheed Martin. Sí, la misma compañía que fabrica el famoso caza F35.

Según los libros, el ANZUS es la alianza estratégica de los ejércitos de Australia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos, pero no al modo de la OTAN. No existe una Organización del Tratado del Pacífico Sur. El ANZUS trabaja de modo conjunto en momentos puntuales y ante amenazas comunes concretas.

Vivimos tiempos convulsos, y urge aumentar el gasto en Defensa. Pero urge hacerlo, reactivando con ello la industria armamentística nacional. Lo que urge más aún, es crear un poderoso ejército europeo, con el que ser capaces de prestar seguridad a cualquier país de la Unión en caso de resultar atacado.

Para ir finiquitando una OTAN subordinada a los intereses de Estados Unidos. Una OTAN en la que está el amigo y aliado turco, que bombardea el Kurdistán sirio cada vez que a Erdogán le duele la cabeza o pierde el Galatasarai. Una Turquía, que exige ahora que Suecia y Finlandia extraditen a Ankara a todos los refugiados políticos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán.

Lo que no es racional, es incrementar el gasto en Defensa sólo porque lo ordena y manda Estados Unidos. Tampoco es muy lógico aumentar el gasto en Defensa, mientras la Policía Nacional sigue denunciando que el Estado no les facilita chalecos antibalas ni otro material de seguridad personal.

Ni es muy sensato, que este mismo año se haya firmado contrato con dos empresas israelíes de armamento, para que provean de pistolas y fusiles de asalto a la Guardia Civil. La Benemérita deseaba continuar con los fiables HK alemanes, pero la oferta israelí era la más barata…

En resumen: Sí al incremento del gasto en seguridad nacional y defensa del territorio. Sí a un futuro ejército común europeo. Y sí al uso combinado de las bases de Rota y Morón, y a una colaboración estratégica y puntual con el resto de los ejércitos occidentales. Pero al modo de la ANZUS, no al de la OTAN.

Compartir el artículo

stats