“Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”

Isaac Newton.

Ya no solamente la amenaza proviene del este europeo, donde la pérfida Rusia ya ha invadido territorio ucraniano, si no que existe otra en el flanco sur de España. Así lo ha desvelado el clarividente Pedro Sánchez en la pasada cumbre de la OTAN. Es más, hasta ha contagiado de sus alarmantes auspicios al propio Jefe de Estado español: “Nuestra seguridad colectiva también requiere que la Alianza preste cada vez más atención a los desafíos de la dirección estratégica sur” (Felipe VI de Borbón).

Tuve que acudir al mapa para visionar cuál era ese sur amenazante. Nuestro flanco sur es Marruecos. Pronto me sacó de dudas el mismísimo presidente. Se refería a los países africanos que conforman el Sahel. Toda una ristra de países más que potenciales enemigos: Senegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Mali, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria. La región más asolada en el orbe por el cambio climático. Sequía, hambruna y guerras. Fue precisamente la intervención de la OTAN en Libia, 2011, la que propició la inestabilidad del Sahel, propagándose el terrorismo yihadista allí, tras la caída de Gadafi, que mantenía cierta estabilidad política en la región. Hoy Libia es un estado fallido, epicentro para el tráfico de armas con destino a grupos yihadistas en el Sahel. ¿Qué responsabilidad ha asumido la OTAN?

¿Por qué son estos países una amenaza para el mundo libre europeo? ¿Será por la masiva inmigración hacia nuestras costas, siempre y cuando no perezcan al surcar los mares? ¿Es la inmigración, entonces, una amenaza híbrida? Si ello es así, ¿qué nos aconsejan estos cerebros de la OTAN? ¿Patrullar con naves de combate para hundir a cañonazos patera alguna? ¿Y qué tal si invadimos a esos países? En eso tiene experiencia la OTAN, tras la caída de la URSS. Digo los Balcanes, Afganistán, Libia, Irak, y me bastan. El resultado fue contrario al que se pretendía, la paz y la libertad, no, y si miles de muertos y ahondando más sus crisis sociales. A cambio de ello, EEUU incrementó la venta de armas, y asegurarse la explotación de sus recursos naturales de los países intervenidos. “Veo humanos, pero no veo humanidad” (“El principito”, A. Sant-Exupery).

¿De qué va a proteger la OTAN a Ceuta y Melilla? La única posible amenaza es el expansionismo marroquí. Pero Marruecos es el amigo preferente de EEUU en el Magreb, y donde manda el capitán yanqui no manda marinero, señor Sánchez. Amenazas reales puede encontrarlas en su propio país: crisis galopantes en la sanidad y en la economía. El Covid-19 sigue golpeando con dureza. La descomunal inflación sigue devorando las economías familiares, deslizando a muchos hogares al umbral de la pobreza. Deje de ser luz de candil en la calle, y oscuridad de la casa. Menos armas y más pan, aquí acá y acullá. Mata más el hambre que las balas. Evitémoslas, construyendo puentes de solidaridad necesarios para ello.

Abelardo Lorenzo