La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

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Carmen Ferreras

Feijóo no es Casado

El miedo en política es mal consejero para un Gobierno

Pedro Sánchez y Núñez Feijóo Alberto Ortega

Creí que ese extremo había quedado claro. Posiblemente así sea entre los miembros y simpatizantes del Partido Popular. A quien no ha quedado clara la diferencia es al Gobierno de España, concretamente al presidente del Ejecutivo español. Pedro Sánchez solo sabe pedir colaboración al de enfrente, entendiendo por tal el Partido Popular, y cuando éste le tiende la mano, la aparta de un manotazo, diciendo que estorba. No son maneras. Feijóo ha llegado conciliador, moderado, dialogante, respetuoso, repudiando el insulto, puesto que la oratoria del ‘zasca’ no conduce a parte alguna, sin embargo Sánchez ha estado y está de lo más desabrido. Algo no encaja.

Para Sánchez, escuchar al PP y ejecutar algo que emane de la oposición es como si a renglón seguido perdiera fuelle en ese Gobierno

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No me parece en absoluto un demérito que el jefe de Gobierno acepte, si es razonable y sensata, una propuesta del jefe de la oposición, como tampoco me parece un demérito, que el jefe de la oposición, atienda alguna demanda, si es razonable y sensata, del jefe del Ejecutivo. Este último no lo entiende de la misma manera. Para Sánchez, escuchar al PP y ejecutar algo que emane de la oposición es como si a renglón seguido perdiera fuelle en ese Gobierno raro que tantos disgustos le da, aunque lo disimule. Sánchez debe pensar que si hiciera algo así, su Gobierno quedaría dinamitado, sin margen para agotar la legislatura, como pretende.

El miedo no es buen compañero de camino. El miedo en política es mal consejero para el ejerciente, cuando más para todo un Gobierno. No deja actuar con limpieza democrática, no deja ver con claridad, empujando a adoptar estrategias equivocadas. El miedo es un instrumento de adoctrinamiento interno. El miedo tiene una presencia constante en la historia de la humanidad. Michel Montaigne, filósofo, humanista y moralista francés, ya lo declaraba en su momento: “A lo que más temo es al miedo”. Esto del miedo en política no es nuevo. Es conveniente leer y consultar a Aristóteles, Hobbes, Montesquieu o Tocqueville.

Si Sánchez lograra superar ese miedo al qué dirán sus socios de Gobierno, creo que arrasaría. Está demasiado condicionado con eso de la izquierda progresista, que tiene más de retrograda que de progresista. El presidente, no sólo debe escuchar a sus consejeros aúlicos y a tanto tarado y sobre todo tarada como le rodea, también debe escuchar con tranquilidad a la oposición y sobre todo, tratar de entender que Feijóo no es Casado. Que el entendimiento está más cerca y no que ha recibido al recién llegado con cajas destempladas.

Estoy de acuerdo con Feijóo en una cosa, lidera una oposición de Estado que, a diferencia de Sánchez que no tiene un Gobierno de Estado, cumplirá, defenderá y ejecutará la Constitución.

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