La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

Tremendo augurio

La vida cada vez va a ser más cara, por no decir que imposible

BANCO DE ALIMENTOS DE ZAMORA EMILIO FRAILE

El presente está hecho unos zorros para la mayoría de españoles, a pesar de lo que nos muestran las teles sobre lo bien que vivimos, cuánto nos divertimos y lo felices que somos los habitantes de este hermoso país llamado España. Ninguna de esas afirmaciones se sostiene. La realidad pasa a diario por Cáritas, el Banco de Alimentos y otras organizaciones destinadas prácticamente a matar el hambre de aquellos a los que no les alcanza para comer.

La percepción de los despreocupados puede que sea otra muy distinta, pero los preocupados lo vemos de la única manera posible, la de la acuciante realidad. Epidemias, guerras que parecían cosa de otros mundos y que nos afectan directamente, desastres naturales y provocados, amenazas, crisis de todo tipo, obligaciones jurídicas, morales y políticas que no se cumplen, con consecuencias para todas las economías y con especial incidencia en las más débiles. La verdad es que el futuro pinta en bastos.

La vida cada vez va a ser más cara, por no decir que imposible para las economías débiles. El mejor índice es el de la cesta de la compra

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El catedrático de Economía, Santiago Niño Becerra, que no es precisamente la alegría de la huerta pero que suele atinar en sus predicciones, ha alertado no de lo que se nos viene encima, sino de lo que ya tenemos encima, advirtiendo de la “exageración” de que los alimentos perecederos tengan una inflación subyacente del 4,9%, tras lo que ha pronosticado que “comer va a ser un lujo para algunos” en un futuro más o menos inmediato. Esta afirmación me ha impactado. La cornada del hambre es peor que la de un astado.

La vida cada vez va a ser más cara, por no decir que imposible para las economías débiles. El mejor índice es el de la cesta de la compra. La escalada será mayor con el paso del tiempo y a corto plazo. Niño Becerra afirma que “en el 2030 la vida va a ser más cara y se va a vivir peor que en el 2005”. Acabaremos añorando el pasado. Sin embargo, ha apostillado que los niños que hoy tengan “cuatro años no lo van a notar porque no lo podrán comparar con nada”. Según el economista, la generación que va desde el 2008 al 2023, llamada generación T, porque es la primera del nuevo modelo. Para esa generación lo que pase será lo normal, “mientras que los que más vamos a sufrir seremos nosotros y la generación Z, que va del 1996 al 2008”.

Eso del nuevo orden mundial que, pensando en Wells, en Huxley y en Orwell, pánico me da, y del que tanto han hablado algunos ínclitos miembros del actual Gobierno, no es una fantasía, es una realidad a tenor de las alertas lanzadas por el catedrático de Estructura Económica.

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