La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

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Carmen Ferreras

Insostenible e insoportable

Los precios suben pero no hay crecimiento económico alguno

Alimentos básicos EMILIO FRAILE

Los precios en los lineales de los supermercados son insostenibles e insoportables. No hablo de la luz que está fuera de madre. Hablo de lo básico, hablo del pan nuestro de cada día. Hablo de aquello que tenemos que comer y beber, aunque no sólo de pan viva el hombre. Los precios están descontrolados. Nadie parece manejar el gobernalle de esa nave que, en teoría, tiene un capitán, el ministro Garzón, más ocupado y preocupado por tonterías de todo tipo, que por aquello que realmente importa al ciudadano cual es la cesta de la compra.

Empeñarse en echar la culpa a la guerra de Ucrania del descontrol de los precios, me parece un argumento que no se sostiene. Los precios venían subiendo precipitadamente, meses antes de que se iniciase la contienda que Putin creyó constituiría un paseo sin más. La fuerte recuperación de la economía tras la pandemia ha provocado interrupciones bruscas en la cadena de suministros que no se han solucionado. Todo ello dio pie a una espiral inflacionaria que se aceleró con la invasión rusa y que hizo diana en uno de los factores más determinantes en los precios: el energético.

Nos endosan productos que, aparentemente, no suben de precio pero que en realidad sí lo hacen porque cobran lo mismo por menos cantidad, concretamente entre un 5 y un 10% menos

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Los precios suben pero no hay crecimiento económico alguno y el asunto no parece tener solución. Creo que a esto se le llama “estanflación”, un término acuñado en 1965 por el entonces ministro de Finanzas británico, Ian McLeod, como fusión de los vocablos estancamiento e inflación. De hecho, la estanflación es un concepto económico que implica la aceleración de la inflación coexistiendo con tasas de desempleo elevadas. Los españoles en su conjunto, al igual que nuestra economía, estamos ‘estanflados’, ¡y de qué manera! No levantamos cabeza, ni la vamos a levantar. Dicen que lo peor está por venir.

Hay que esperar con muchas dosis de paciencia el enfriamiento de los precios. En el sector de la distribución alimentaria y siempre según la OCU, los supermercados están recurriendo a una práctica conocida como ‘reduflación’. Es, posiblemente, la práctica más extendida. Usted lo ha tenido que notar. La “reduflación” combina los términos de reducción e inflación haciendo referencia a la técnica utilizada por algunos fabricantes que mantienen el precio de sus productos disminuyendo el contenido. Es decir, el consumidor paga lo mismo que antes por menos cantidad. Nos endosan productos que, aparentemente, no suben de precio pero que en realidad sí lo hacen porque cobran lo mismo por menos cantidad, concretamente entre un 5 y un 10% menos. Son cada vez más los envases que han reducido considerablemente su tamaño. Hay que fijarse en todo, hasta en el más mínimo detalle, para que no nos las den todas del mismo lado.

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