La Opinión de Zamora

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Carmen Ferreras

Zamoreando

Carmen Ferreras

La Guardia Civil, siempre

A mis guardias civiles nada les arredra, son valientes y leales

AGENTE DE LA GUARDIA CIVIL EN SU MESA DE TRABAJO AGENTE DE LA GUARDIA CIVIL EN SU MESA DE TRABAJO

Este lunes, 16 de mayo, tiene un claro color: verde. Pero no un verde cualquiera. Verde Guardia Civil, color distinguido, aplaudido y querido por la ciudadanía española en general y la zamorana en particular. Esta mañana, a eso de las 10:30, que no deja de ser una buena hora, con la sencillez, con la austeridad, con el celo y la entrega con la que la Guardia Civil realiza todo, en el paraninfo del Colegio Universitario se celebrará el acto institucional con motivo del Aniversario de la Fundación del Benemérito Instituto.

No es el primero al que asisto y espero de corazón que no sea el último. Me gusta todo lo que hace la Guardia Civil, por lo que he dicho antes, fundamentalmente la sencillez con la que rodean todos sus actos institucionales. Lo he dicho y mantenido a lo largo de muchos años, si la Guardia Civil no existiera habría que inventarla. Afortunadamente, don Francisco Javier Girón y Ezpeleta tuvo esa brillante y feliz idea que cobró vida oficialmente el 28 de marzo de 1844, cuando por Real Decreto, se crea un cuerpo especial de fuerza armada de Infantería y Caballería con la denominación de Guardia Civil.

Lo curioso es que aunque el poder político no esté a la altura, la Guardia Civil supera, individual y colectivamente, cualquier listón por alto que se lo pongan

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Desde entonces han ido escribiendo su propia historia, con alguna que otra sombra, pero con muchas luces. Lo cierto es que por Tierra, Mar y Aire, la Guardia Civil española realiza un servicio impagable a España y a los españoles. Precisamente la Constitución, en su artículo 104, le fija la misión primordial de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los españoles y garantizar la seguridad ciudadana, todo ello a las órdenes del poder político. Lo curioso es que aunque el poder político no esté a la altura, la Guardia Civil supera, individual y colectivamente, cualquier listón por alto que se lo pongan.

No voy a recordar ahora las heroicidades de tantos agentes, uniformados e incluso de paisano, fuera de servicio, con motivo de una agresión, de un posible ahogamiento, de una catástrofe. A mis guardias civiles nada les arredra, son valientes, campechanos y leales a España y a su Constitución que defienden. Han sido capaces incluso de sacar del atolladero a un grupo de ex etarras, si es que se les puede aplicar la partícula “ex”, cuando lo han necesitado tras una tempestad de nieve. Es la diferencia que hay entre los ‘oteguis’ y los herederos del Duque de Ahumada: la bonhomía.

Felicidades a todos ellos en la persona del teniente Coronel, Héctor David Pulido. Hoy, Zamora se viste de verde Guardia Civil. Un color que todos llevamos en el corazón. Es que, la Guardia Civil, se hace querer.

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